Los incendios en Los Ángeles ya causaron 24 muertos, miles de evacuados y destrucción masiva, mientras las llamas siguen fuera de control.

Los incendios forestales en el área de Los Ángeles han dejado un saldo de 24 fallecidos y han provocado una devastación sin precedentes. Según la oficina del médico forense del condado, 11 muertes corresponden al incendio de Eaton, ubicado al noreste de la ciudad. Mientras tanto, otras cinco ocurrieron en el incendio de Palisades, el mayor y más destructivo de los focos activos. Este último consumió unas 9.000 hectáreas y continúa avanzando hacia zonas residenciales densamente pobladas como Brentwood y Encino, lo que preocupa a las autoridades.
Las llamas han arrasado aproximadamente 160 kilómetros cuadrados, destruyendo más de 12.000 estructuras, entre viviendas, negocios y vehículos, y han obligado a evacuar a 150.000 personas. Los bomberos enfrentan una lucha desigual debido a las condiciones meteorológicas críticas, con temperaturas extremas y fuertes vientos que complican las tareas de contención. Los mismos cuentan con el apoyo de más de 1.300 autobombas, 84 aeronaves y 14.000 efectivos.
Actualmente, el incendio de Palisades está controlado en apenas un 11 %, mientras que de Eaton alcanza un 15 %. Otros focos, como Kenneth y Hurst, presentan niveles de contención del 80 % y 76 %, respectivamente. Sin embargo, las autoridades temen que el número de víctimas y los daños continúen en aumento a medida que los equipos de rescate. Estos incluyen perros rastreadores, trabajan en áreas completamente destruidas.
El impacto económico es abrumador, con pérdidas estimadas entre 135.000 y 150.000 millones de dólares, lo que podría convertir estos incendios en los más costosos de la historia del país. Ante el peligro, las autoridades instan a los residentes a mantenerse alejados de las zonas afectadas, ya que las cenizas contienen sustancias tóxicas como plomo, arsénico y amianto.
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