Fue tras las dos extensas jornadas de imputación contra una fracción de la banda de Los Monos por el asesinato de Jimi y otros casos.
A comienzos de este año, Altamirano fue secuestrado de la calle, subido a un Renault Sandero -que tenía pedido de captura por robo- y llevado hasta la cancha de Newell’s, donde lo ejecutaron y le pusieron un mensaje en el bolsillo.
Parte de esa banda está compuesta por los detenidos Pablo Nicolás Camino, señalado como jefe de la banda, Antonella Victoria Fernández, una organizadora de la asociación ilícita junto a Carlos Alberto Olguín, además de Axel Cesar, William Martínez, Lucas Martín Castillo, Ignacio Axel Nahuel Núñez, entre otros otros quienes también forman parte de la organización delictiva que operaba en los barrios Godoy, Villa Nueva, Villa Urquiza y Belgrano, con abusos de arma, homicidios, usurpaciones, cohechos, delitos que involucran a funcionarios públicos y policiales, intimidaciones y acusaciones que afrontan desde el jueves y que se extenderán hasta el martes.
Los fiscales señalaron que entre tantos negocios ilícitos disputados por esta asociación, sobresale la puja por el poderío del dominio del paravalanchas rojinegro y los negocios que conllevan al entorno del estadio de Newell’s, como el estacionamiento público, la organización de seguridad en eventos y espectáculos, traslado de hinchas a otras provincias y más.
Según la información volcada en estos días de audiencia, la organización liderada por Pablo Camino comenzó en noviembre de 2022 y se mantuvo hasta el pasado mes de marzo, cuando él decidió tomar distancia del grupo antagónico. En esa fecha resultó aprehendida Antonella Victoria Fernández, a quien señalan como organizadora de la asociación y quien seguía los pasos marcados desde la Unidad Penitenciaria Nº6 de Rawson ordenados por Camino, mediante llamadas telefónicas que solían durar más de una hora.
Fernández delegaba las órdenes impartidas, como recolectar el dinero proveniente de diversos ilícitos: cobro de alquileres de inmuebles obtenidos tras usurpaciones, sustracción de motos y autos, etc.; cuando finalizaba la “tarea” debían enviar fotos con los trabajos culminados o a través de videos.
Axel Cesar, por su parte era el brazo armado y quien materializaba las ejecuciones o realizaba las balaceras. William Martínez también ejecutaba las órdenes que recibía de Camino vía celular, las cuales eran similares a las de Martínez y el resto de la banda.
Además del asesinato de Jimi, otro de los hechos que les imputan es la balacera contra la Subcomisaría 26º en Villa Gobernador Gálvez, el crimen de Jorge Maturano y el de Pablo Latorre, entre otros que no llegaron a detallar en la audiencia.
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