La sequía en España está teniendo graves consecuencias en la agricultura, la economía y la población.
Es vital implementar medidas que ayuden a la gobernanza del agua y a la adaptación a las nuevas condiciones climáticas más extremas. Según Rafa Seiz, experto en Agua, se deben limitar y optimizar al máximo las extracciones de agua y recuperar y restaurar la estructura y la hidromorfología de los ecosistemas acuáticos para que vuelvan a funcionar correctamente. También es necesario buscar nuevas soluciones que permitan emplear la menor cantidad de agua con la mayor eficiencia posible, como el uso de técnicas de riego más eficientes y la reutilización de aguas residuales tratadas.
Es imprescindible destacar que España ya es uno de los países más secos de Europa y el cambio climático está empeorando la situación. Para hacer frente a la escasez de agua, se pueden implementar diversas medidas como la recarga de acuíferos, el uso más integrado del agua disponible y la minimización de la polución que amenaza con contaminar los suministros. También se puede trabajar en la conservación del agua y en el uso más eficiente de la misma.
Es necesario que la agricultura se adapte a las nuevas condiciones climáticas y se convierta en un sector más sostenible y eficiente en el uso del agua. Según Servià, la agricultura de regadío se debería considerar como estratégica, ya que también sirve para reducir el despoblamiento de zonas rurales, mantener la economía de estas zonas y como factor esencial en el control de incendios forestales. Sin embargo, también es importante asegurarse de que las fuentes de agua están en buen estado, ya que de la calidad de las aguas depende nuestra salud.
Respecto a las posibles soluciones para hacer frente a la sequía, una de ellas es el trasvase de agua del noroeste húmedo al sudeste árido. Sin embargo, esta medida es compleja y polémica debido a la posible afectación al medio ambiente y a la población de las zonas de origen y destino del agua. Otras medidas posibles incluyen la reparación de fugas de infraestructuras y la reducción de la polución que amenaza con contaminar los suministros. También se pueden implementar medidas de ahorro de agua en los hogares y en la industria, como la instalación de dispositivos de ahorro de agua y el uso de tecnologías más eficientes en el uso del recurso.
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