Un estudio argentino advierte que el uso de pantallas durante la infancia temprana afecta el desarrollo del lenguaje.

Un reciente estudio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), publicado en la revista PLOS ONE, analizó el impacto del uso de pantallas en niños de 12 a 48 meses de edad en 19 países latinoamericanos. Los hallazgos revelaron que la exposición a dispositivos electrónicos es significativamente mayor a la recomendada por especialistas en pediatría, lo que podría influir en el desarrollo del lenguaje y las habilidades motoras en la infancia temprana.
Según los investigadores, el uso de pantallas no distingue entre clases sociales ni nacionalidades. “Es una tendencia que se repite en distintos hogares, sin importar el nivel socioeconómico”, explicaron. Sin embargo, estudios previos del mismo equipo evidenciaron que en países con mayores niveles de vulnerabilidad, el tiempo de exposición a pantallas es aún mayor y los cuidadores suelen acompañar menos estas actividades.
La investigación señala que el uso prolongado de pantallas en la primera infancia puede afectar el desarrollo del lenguaje, especialmente cuando los niños las utilizan en soledad. Además, factores como la falta de acceso a espacios de juego seguros, la carga laboral de los adultos y la ausencia de alternativas recreativas pueden incentivar aún más esta práctica.
Un estudio argentino advierte que el uso de pantallas en la infancia afecta el lenguaje: el rol de la interacción
A pesar de estas preocupaciones, el estudio destaca un aspecto positivo: cuando los adultos participan activamente en el consumo de contenido digital junto a los niños y seleccionan material educativo, los efectos negativos pueden reducirse. “No es solo una cuestión de tiempo de exposición, sino de cómo se utilizan las pantallas”, enfatizaron los especialistas.
Los expertos resaltaron que la interacción entre niños y adultos mientras ven contenido digital es clave para estimular el desarrollo del lenguaje. “Cuando un niño ve una pantalla en compañía de un adulto que señala, comenta o narra lo que está ocurriendo, se generan interacciones enriquecedoras que favorecen el aprendizaje”, detallaron.
En este sentido, las sociedades pediátricas internacionales, incluida la Academia Americana de Pediatría, recomiendan evitar el uso de pantallas en menores de dos años. Sin embargo, el estudio demuestra que muchos niños acceden a estos dispositivos antes de esa edad, lo que refuerza la necesidad de estrategias para un uso más consciente y beneficioso.
Ante estos hallazgos, los científicos planean desarrollar un cuestionario para evaluar la manera en que los adultos interactúan con sus hijos durante el uso de pantallas. “Queremos identificar qué aspectos son más perjudiciales y cómo podemos aprovechar la tecnología para potenciar el desarrollo infantil”, adelantaron.
Este estudio pone de manifiesto la importancia de implementar políticas que no solo restrinjan el tiempo frente a dispositivos electrónicos, sino que también promuevan un uso responsable y educativo de la tecnología en la infancia temprana.
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