El Papa Francisco evoluciona favorablemente tras sufrir graves crisis respiratorias y permanece internado bajo cuidado médico.

El Papa Francisco continúa internado en el hospital Gemelli de Roma desde el 14 de febrero debido a una doble neumonía que ha complicado su salud. Aunque su estado sigue siendo delicado, en los últimos días ha mostrado una mejoría estable, lo que permitió que los médicos dejaran de considerar su pronóstico como reservado. Aun así, deberá permanecer hospitalizado algunos días más bajo tratamiento médico y supervisión constante.
Durante su internación, Francisco sufrió varias crisis respiratorias, la última hace una semana, lo que mantuvo en alerta al equipo médico. Para ayudarlo a respirar, usa ventilación mecánica durante la noche y recibe oxígeno de alto flujo durante el día. A pesar de estos problemas, el pontífice ha logrado mantenerse activo e informado. Ha seguido trabajando de manera intermitente y participó, a través de videoconferencia, en el retiro espiritual vaticano que marca el inicio de la Cuaresma.
El Papa también manifestó su cercanía con las víctimas de las inundaciones en Bahía Blanca, Argentina, enviando un telegrama al arzobispo local y expresando su dolor por las vidas perdidas y los daños materiales. Desde el Vaticano destacaron que, aunque su evolución es positiva, todavía persisten riesgos debido a su edad avanzada y a la complejidad de su cuadro clínico.
El líder religioso sigue de buen ánimo y mantiene su rutina de ejercicios respiratorios y motrices dentro del apartamento privado del hospital. Aunque muestra impaciencia por recibir el alta, los especialistas insisten en que debe continuar con la terapia médica para consolidar su recuperación. Esta es la hospitalización más prolongada desde el inicio de su pontificado en 2013, lo que refleja la gravedad del cuadro que enfrenta, pero también su determinación para superar esta etapa crítica.
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