El marinero sirio que escapó del puerto San Martín, pidió refugio político en Santa Fe y espera traer a su familia tras huir de la guerra.

Bassan Ali, un marinero sirio de 36 años, llegó a la ciudad de Santa Fe tras saltar de un buque panameño en el puerto de Cofco, en Puerto San Martín. Su desaparición activó una alerta nacional, pero se presentó voluntariamente en Migraciones y pidió asilo político. Dijo temer por su vida si regresa a Siria, donde su pueblo fue masacrado.
Desde entonces, vive bajo residencia transitoria en la casa de otro refugiado sirio. Aún no domina el español ni el inglés, pero ya comenzó a aprender reparación de electrodomésticos. Su mayor preocupación es reunirse con su esposa e hijos, que permanecen en Siria.
La Policía Federal suspendió la búsqueda luego de que Ali fijó domicilio y firmó una declaración jurada con asistencia de funcionarios provinciales. Actualmente, no tiene custodia, pero debe presentarse mensualmente ante Migraciones. El trámite de refugio, que ya inició, puede extenderse más de un año y medio.
El secretario de Derechos Humanos de Santa Fe, Emilio Jatón, explicó que la provincia acompaña estos procesos porque un error en migraciones puede comprometer seriamente al solicitante. Además, destacó que la provincia ya recibió a personas de otras nacionalidades en condiciones similares, como senegaleses y paraguayos.
El caso de Ali revela cómo los efectos de la guerra en Medio Oriente también se sienten en el litoral argentino. No llegan con titulares internacionales, sino con historias individuales que cruzan puertos, idiomas y oficios compartidos. Mientras espera una resolución, Ali busca trabajo y mantiene la esperanza de reconstruir su vida en Santa Fe.
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