Con carisma y letras con mucho mensaje, la joven artista edificó una carrera que va en constante crecimiento.
Taylor Swift, la cantautora, productora, directora, actriz y empresaria de apenas 33 años, lleva más de quince años rompiendo récords, marcando importantes tendencias y grabando discos que marcaron a una generación entera. Sus características como compositora e intérprete, así como sus habilidades para narrar historias en sus canciones, fueron elementos vitales para la atracción del público y de toda la industria musical en general. Y la noticia en estos días es que vendrá por primera vez a la Argentina los días 9 y 10 de noviembre, al estadio de River Plate.
La artista hizo su debut primero en el mundo de la música country y continuó en el amplio género del pop: en 2006 lanzó su álbum debut, “Taylor Swift”, y su tercer single “Our Song”, la transformó en la persona más joven en escribir y cantar una canción número uno en la lista de “Hot Country Songs”. En 2008 recibió una nominación a “mejor artista nuevo” en los Premios Grammy, y desde entonces no paró de escalar en su carrera, derribando todo tipo de barreras.
A lo largo de su ascendente carrera, Swift ha sabido acumular hits con estribillos pegadizos, líricas motivadoras con mensajes optimistas y melodías potentes, lo que la convierte en una de las figuras del pop más importantes de la actualidad. Su estilo logra cambiar de un género a otro con solvencia y naturalidad, siempre con un sonido distintivo y personal. Sus letras, sin dejar lo edulcorado del género, llegan a ser genuinamente profundas, con reflexiones e ironías que atrapan a sus escuchas.
Taylor Swift no solo se convirtió en un ícono de la música actual, sino también en un ejemplo de como construir una marca, utilizando las herramientas digitales proporcionadas por la virtualidad, publicando contenido regularmente y manteniendo una comunicación real y auténtica con su legión de seguidores, haciendo de la cantante literalmente una máquina de generar ganancias.
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