Se conmemora este día como iniciativa global que destaca el papel de la ciencia en nuestra sociedad. Además, resalta la necesidad de involucrar a diversos públicos en los diálogos sobre temas científicos de vanguardia.
Este día busca estrechar los lazos entre la ciencia y la sociedad. Asimismo, tiene como objetivo asegurar que los ciudadanos estén informados acerca de los avances científicos que impactan directamente en nuestras vidas. Más allá de los laboratorios y las ecuaciones, la ciencia se presenta como una herramienta esencial para comprender y abordar los desafíos del planeta.
La conexión entre ciencia y sociedad se fortaleció en 1999 durante la Conferencia Mundial sobre la Ciencia en Budapest, Hungría, auspiciada por la UNESCO y el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU). En esta conferencia, se establecieron compromisos cruciales para enfocar la ciencia en la atención de necesidades humanas, el resguardo del medio ambiente, el fomento del desarrollo sostenible, la promoción de la enseñanza científica y su dedicación al servicio de la paz y la resolución de conflictos.
¿Cómo surgió esta fecha?
La fecha del 10 de noviembre se fijó oficialmente como el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo en 2001, gracias a la iniciativa de las Naciones Unidas. Esta jornada no solo conmemora los logros científicos, sino que también marca el inicio de la Semana Internacional de la Ciencia y la Paz, que ha sido observada desde 1986, año designado como el Año Internacional de la Paz.
La UNESCO destaca que la celebración de este día tiene como propósito informar a los ciudadanos sobre los avances en la ciencia y reconocer el papel inestimable que desempeñan los científicos en la ampliación de nuestra comprensión del planeta. Además, busca impulsar soluciones para que nuestras sociedades sean más sostenibles.
Desde su establecimiento, este día, según la ONU, ha generado numerosos proyectos, programas y fondos específicos para la ciencia en todo el mundo. También ha contribuido a fomentar la colaboración entre científicos en regiones afectadas por conflictos, dando lugar a iniciativas como la Organización de la Ciencia Israelí-Palestina (IPSO), respaldada por la UNESCO.
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