Los casos de dengue en Rosario bajaron un 90%, pero la movilidad y los nuevos serotipos podrían generar un rebrote en la ciudad y otras regiones.

Rosario enfrenta una temporada de dengue con una notable disminución de casos en comparación con el año anterior. Actualmente, la ciudad registra solo el 10% de los contagios de 2024, cuando la epidemia alcanzó niveles históricos. Esta reducción se atribuye a la detección temprana, el trabajo coordinado entre el sistema de salud pública y privada, y el programa Objetivo Dengue, que destinó recursos a infraestructura, repelentes, vacunación y fumigaciones.
La dinámica de la ciudad y su conexión con provincias donde el virus circula activamente favorecen la reintroducción del dengue. Muchas personas viajan sin reportar síntomas, lo que dificulta los bloqueos sanitarios. Además, algunos casos pasan inadvertidos porque los afectados presentan síntomas atípicos y no consultan al médico, lo que permite la propagación del virus en la comunidad.
Un punto clave es evitar la introducción de nuevos serotipos, ya que la presencia de un virus distinto podría generar un nuevo brote. Mientras tanto, la mortalidad muestra una mejora significativa: este año no hay víctimas fatales ni cuadros graves registrados en comparación con la misma etapa de 2024.
La vacunación avanza, con más de 110 mil santafesinos inmunizados. Sin embargo, la adhesión es baja en adolescentes de 15 a 19 años, lo que representa un desafío para los equipos sanitarios. Las autoridades insisten en la importancia de completar el esquema para fortalecer la protección colectiva.
El fin de la temporada dependerá de factores como el clima y el compromiso ciudadano con medidas de prevención. La Pascua es considerada un momento crítico, ya que el movimiento de personas podría aumentar la circulación del virus.
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