El Colegio de Médicos alertó sobre el aumento de violencia contra el personal de salud en hospitales y pidió medidas urgentes para garantizar su seguridad.

El Colegio de Médicos de Rosario advirtió sobre el aumento de agresiones físicas y verbales contra el personal de salud en hospitales y centros asistenciales del sur santafesino. Ante la gravedad de la situación, reclamó mayor seguridad y convocó a autoridades provinciales y municipales para debatir medidas urgentes. Como respuesta inmediata, la entidad implementó una guardia legal disponible las 24 horas para asesorar a los profesionales afectados e impulsa campañas de concientización.
Los ataques han aumentado en los últimos años y se producen tanto dentro como fuera de los centros de salud. En los hospitales, los episodios ocurren cuando familiares reciben noticias médicas adversas. En marzo, en el Hospital Iturraspe de Santa Fe, un grupo atacó a los médicos tras la muerte de un paciente. Días antes, en el Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, familiares de otro enfermo golpearon brutalmente a un profesional de guardia.
Fuera de los hospitales, el personal también sufre violencia. Robos y agresiones ocurren en las inmediaciones, especialmente en horarios de ingreso y egreso. Los trabajadores de centros de salud barriales se sienten aún más vulnerables. Además, quienes realizan visitas domiciliarias quedan expuestos a situaciones de inseguridad.
El presidente del Colegio, Alberto Tuninetti, afirmó que la violencia no solo afecta a Rosario, sino a toda la provincia y el país. En 2024, Santa Fe aprobó una ley que sanciona las agresiones al personal sanitario con arresto o multas. Sin embargo, los médicos consideran insuficiente la medida y exigen políticas públicas efectivas para frenar la escalada de violencia. También piden la creación de un corredor seguro que proteja a los trabajadores en sus traslados.
Tuninetti recordó que los hechos de violencia se han vuelto cotidianos. “Los médicos trabajan en un clima de tensión constante”, señaló. Agregó que insultos, empujones y escupitajos ocurren todos los días, mientras que algunos ataques terminan con lesiones graves. “A un colega le fracturaron un brazo con un tubo de oxígeno”, relató.
El Colegio de Médicos insiste en que la situación requiere una respuesta integral. “Si no se implementan medidas concretas, la violencia seguirá escalando y pondrá en riesgo tanto a los profesionales como a los pacientes”, advirtieron.
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