En las últimas horas se conoció la condena de un sujeto que mantuvo en cautiverio a su vecina adolescente. La chica logró llamar a la policía para dar aviso del hecho.
Un tribunal condenó a un sujeto a 16 años de prisión por secuestrar y abusar sexualmente de una vecina adolescente. El hombre engañó a la joven para que entrara en su casa, donde cometió los delitos.
Diego Ezequiel C. de 39 años fue sentenciado días atrás tras un juicio oral por un tribunal. La Fiscalía había requerido una pena de 30 años de prisión para el acusado, quien fue sentenciado por los delitos de rapto en concurso real con abuso sexual con acceso carnal en dos hechos.
En los próximos días, cuando los magistrados den a conocer los fundamentos del fallo, se conocerá porque se redujo en casi la mitad el monto de la pena solicitada.
El sujeto fue acusado por la fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual Cecilia Brindisi por un hecho sucedido la noche del miércoles 2 de febrero de 2022 en Biedma al 300.
El hombre interceptó a una chica de 14 años a la cual le pidió que lo ayude a entrar una escalera en su casa. La adolescente lo ayudó y una vez adentro de la vivienda, el acusado comenzó a amenazarla y ejercer fuerza física para mantenerla retenida durante tres horas.
Según la acusación, durante ese lapso abusó sexualmente de la adolescente y le propinó golpes que le causaron lesiones en diferentes partes del cuerpo. El imputado conocía a la víctima y a su familia, por lo que había aprovechado esa relación de confianza para secuestrarla.
El rescate
Al día siguiente del violento episodio se tomó conocimiento de lo que había pasado. Ingresó un llamado telefónico al 911 en el que se escuchaban gritos de fondo de un hombre que amenazaba a una joven. Tras ese llamado se logró localizar la vivienda donde la joven se encontraba pidiendo auxilio.
La menor fue encontrada atada, golpeada y violada, según el relato de sus familiares. Los policías que llegaron al lugar hallaron a la chica en esas condiciones, lo que refleja la gravedad de la situación que vivió.
En un momento la víctima logró sacarle el celular al secuestrador, sin embargo cuando la atendieron ella no habló, dejó que se escucharan los gritos del secuestrador, por eso al llegar la policía, Diego C. le ordenó que se pusiera un vestido y dijera que es su hermana, de lo contrario la mataría. Ella no hizo caso y comenzó a gritar, así pudo entrar la policía y liberarla.
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