40 ambientalistas se reunieron para debatir con los concejales de la ciudad la contaminación del arroyo Ludueña, pero solo tres se presentaron, y dos de ellos abandonaron la reunión dejando a la presidenta en soledad. Los emás estaban en la inauguración de La Favorita.
Este miércoles, una treintena de vecinos, y representantes de organizaciones vecinales y ambientales, asistieron a la convocatoria de la comisión de Ecología del Concejo para abordar la problemática de la contaminación del arroyo Ludueña. Sin embargo, de los siete concejales que componen la comisión, solo tres estuvieron presentes, y dos de ellos se retiraron dejando a la presidenta, Luz Ferradas, como única representante durante las dos horas que duró la reunión. La indignación surgió cuando se filtró que los ediles habrían asistido a la fiesta de lanzamiento de La Favorita en lugar de cumplir con su compromiso. “Nos dejaron plantados para ir a festejar”, expresó un referente ecologista.
La invitación para el encuentro decisivo decía: “Les escribimos para invitarlos a participar de la primera reunión del año del consejo asesor de la comisión de Ecología y Ambiente, a realizarse el próximo miércoles 17 de mayo, de 18 a 20 en el recinto de sesiones del Concejo. En la misma armaremos conjuntamente una agenda de trabajo para llevar a cabo a lo largo del año, como así también comunicaremos todas las acciones llevadas adelante por la contaminación del arroyo Ludueña”.
Solo tres de los concejales se hicieron presentes: Ferradas, Ferrero e Irigoitia. Las dos últimas abandonaron la reunión antes de su finalización. “Unos 40 vecinos acudimos a discutir las problemáticas ambientales de Rosario y nos defraudaron“, se quejó uno de los asistentes.
Ferradas aclaró que “no fue una reunión de comisión, sino un encuentro del consejo asesor, que no requiere quórum para funcionar. Yo asistí en representación de Ciudad Futura, y estuvieron Irigoitia y Ferrero. Del PRO no participó nadie y tampoco del oficialismo”.
En la agenda se abordaron diversos temas, incluida la contaminación del arroyo Ludueña, así como también la poda de árboles, el trigo transgénico y el impacto de las antenas de telefonía en la salud.
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