Tras el furor por la primera temporada de El Eternauta, comenzaron a salir a la luz detalles impresionantes sobre la ambiciosa producción de Netflix.

La nueva versión audiovisual de “El Eternauta”, inspirada en la célebre historieta de ciencia ficción creada por Germán Oesterheld, no solo deslumbró por su atrapante narrativa, sino también por su impresionante despliegue técnico, que marcó un antes y un después en la industria televisiva argentina.
Uno de los mayores desafíos del rodaje fue recrear la famosa nevada mortal que cae sobre la ciudad de Buenos Aires. Este fenómeno ficticio, esencial en la trama, se convirtió en el eje central de la producción y en un logro técnico sin precedentes para el país.
“El Eternauta” fue reproducida más de 10.800.000 veces a nivel global y acumula más de 58 millones de horas vistas, alcanzando el primer lugar en el ranking de contenidos en 86 naciones.
Este fenómeno internacional fue posible gracias a un trabajo minucioso y una propuesta técnica innovadora. La simulación de la nieve tóxica fue desarrollada por el equipo de efectos especiales liderado por Nicanor Enriquez. Según el técnico, se utilizó una mezcla de 410 toneladas de sal fina, entre 3 y 4 toneladas de celulosa y 600 kilos de eco-snow, una sustancia ecológica fabricada especialmente para este proyecto.
“Usamos alrededor de 400 toneladas de sal para hacer la nieve"
— OLGA (@olgaenvivo) May 6, 2025
Walter Urquiza, coordinador de efectos especiales de El Eternauta. pic.twitter.com/U3dX5x1lnI
La textura húmeda de la sal generaba un efecto realista, permitía dejar huellas precisas y facilitaba su reutilización, un elemento clave para la continuidad escénica. En cada jornada de rodaje al aire libre, se cubrían 3000 metros cuadrados, y en algunos casos, las filmaciones llegaron a extenderse hasta 12 horas.
El proceso de limpieza posterior fue igual de exigente. En lugares como el estacionamiento del shopping Soleil, se necesitaron 50 personas y 12 horas para desmontar el set y retirar todos los materiales.
Un trabajo complejo para un resultado superlativo
Lejos de ser una simple copia de la nieve real, la sustancia creada para la serie debía generar una sensación de inquietud. Era una “nieve” que no se derretía, de color extraño y con una textura que evocaba más a ceniza que a hielo, reforzando el clima apocalíptico del relato.
Gracias a este nivel de detalle, la serie logró recrear con fidelidad una de las escenas más memorables del cómic argentino. Además, se demuestra que la ficción nacional tiene el potencial de competir en la arena internacional.
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