Te contamos qué es y cómo detectarlo para evitar estafas.
La tecnología avanza constantemente, lo que ha permitido el desarrollo de técnicas de generación de imágenes falsas como el “deepfake”, que utilizan algoritmos de inteligencia artificial para crear imágenes extremadamente realistas y detalladas. Estas imágenes son utilizadas para diferentes tipos de estafas, incluyendo el phishing, que es el robo de información de una identidad real para acceder a cuentas y extraer dinero o realizar transferencias.
Para prevenir estos tipos de estafas, es necesario contar con tecnología acorde y avanzada, capaz de detectar estas identidades falsas. Es aquí donde entra en juego la biometría 3D, que utiliza las características físicas de las personas y sus patrones de comportamiento para confirmar su autenticidad. Esta tecnología se está perfilando como la más segura para detectar perfiles falsos.
Veritran, una compañía especializada en soluciones digitales para la industria financiera, explica que la biometría 3D toma la distancia entre las distintas partes del rostro, por ejemplo, entre los ojos y la nariz, o la nariz y la boca. Luego, toma una serie de fotografías en movimiento para demostrar que la persona está viva. Este proceso crea un patrón biométrico o face-map, que sólo puede generar una persona viva.
Si bien la biometría 2D es muy utilizada por las empresas, esta tiene muchas debilidades en términos de protección y puede ser vulnerada fácilmente. La biometría 3D, en cambio, es la que brinda una mayor capa de seguridad y es la recomendada para el sistema financiero, capaz de validar la identidad de una persona y realizar una prueba de vida de manera sencilla y en apenas segundos, volviéndola prácticamente infalible y sin sacrificar la experiencia de usuario.
Aunque no existe un mecanismo que garantice la eliminación total del crimen cibernético, la multiplicidad de mecanismos de seguridad informática aumenta las probabilidades de combatir estas situaciones. Por lo tanto, es crucial que las instituciones financieras consideren la biometría 3D como una medida de seguridad efectiva. La combinación de soluciones como la biometría con otras, como el soft-token, aumenta aún más la seguridad informática.