La IA de OpenAI genera imágenes y videos al estilo Studio Ghibli, desatando furor en redes sociales y un intenso debate sobre derechos de autor y la ética del arte digital.

La nueva versión de GPT-4o desató una fiebre creativa en redes sociales, donde usuarios recrean escenas y memes al estilo de Studio Ghibli. El estudio japonés es conocido por de joyas cinematográficas como “El viaje de Chihiro” o “La Princesa Mononoke”. Lanzada hace pocos días, esta herramienta domina estilos visuales variados, desde animación con plastilina hasta el encanto detallado de Ghibli.
Rosario en el trazo del Studio Ghibli pic.twitter.com/D6A9YGGHyW
— RosarioLaCiudad (@Rosariociudadok) March 30, 2025
En X e Instagram, las imágenes y videos generados explotan: un tráiler de “El Señor de los Anillos” con estética japonesa, Donald Trump y Volodymir Zelenski en una discusión animada, o Elon Musk jugueteando con cucharas en una cena.
What if Studio Ghibli directed Lord of the Rings?
— PJ Ace (@PJaccetturo) March 27, 2025
I spent $250 in Kling credits and 9 hours re-editing the Fellowship trailer to bring that vision to life—and I’ll show you exactly how I did it 👇🏼 pic.twitter.com/IqUeBSH4H0
Los memes no se quedan atrás. El “novio distraído” y el fumador melancólico Ben Affleck ahora lucen como personajes de Miyazaki. Sin embargo, esta ola creativa choca con críticas. Hayao Miyazaki, genio de Ghibli, ya en 2016 llamó al arte de IA un “insulto a la vida”, rechazando su frialdad frente a su técnica artesanal. Sus palabras resuenan hoy, mientras la IA de OpenAI revive el debate sobre derechos de autor.
— Argentina Ghibli (@ArgentinaGhibli) March 26, 2025
El tema escaló tras una carta abierta de miles exigiendo a Christie’s cancelar una subasta de arte IA por explotar a creadores humanos. Sam Altman, jefe de OpenAI, toma la polémica con humor, diciendo que tras años buscando avances serios, lo que capturó al público fueron estas imágenes virales.
— Argentina Ghibli (@ArgentinaGhibli) March 26, 2025
Aun así, el dilema persiste: la tecnología impresiona, pero roza límites éticos. Los usuarios celebran la diversión, mientras artistas temen que sus legados se diluyan en un mar de copias generadas por máquinas. La IA abre puertas creativas, pero también sacude los cimientos del arte tradicional.
Comentarios