El alternativo de Central no hizo un mal partido pero terminó cayendo ante el bicho que se hizo fuerte de local.
Rosario Central volvió a ser víctima de la agenda apretada y desprolija de la AFA y poco más de dos días después de jugar contra Atlético Mineiro, debió medirse ante Argentinos Jrs. Russo se vio obligado a meter un equipo “muletto” y la jerarquía individual del local, junto a errores propios, hicieron la diferencia.
Este viernes el canalla jugó ante uno de los mejores equipos del fútbol argentino y de hecho comenzó ganando. A los 6 minutos Coronel robaría el balón, tocaría para Lovera que habilitaría magistralmente a Agustín Módica para que este ponga el 1-0. Gran jugada “Made in” suplentes.
Sin embargo, una línea de cinco conformada con Komar es como una línea de 4 desbalanceada. El bicho sacó provecho de esto y se puso 1-1 gracias al gol de Álvarez, a los 21. No obstante, Komar volvería a hacer todo mal y quiso hacer en ataque lo mismo que en defensa. O sea, entorpecer el desempeño de sus compañeros. Aún así, el centro desde la derecha no fue conectado por el rubio y Heredia pondría en contra el 2-1.
El VAR convalidó el gol pese a que debió ser anulado, ya que Juan Cruz estaba adelantado. Más allá de esto, si no es uno es otro, y al minuto 52 Carlos Quintana creyó que estaba jugando al voley y le regaló un penal a Argentinos para que Lescano ponga el 2-2 con justicia.
En el segundo tiempo el local aprovecharía sus individualidades ante un Central cuyo DT guardo algunos titulares pensando en la Copa Libertadores.
Gondou, una de las figuras de la selección argentina sub 23, puso el 3-2 a los 59 para el elenco local que no pagó tan caros sus errores como sí lo hizo el canalla.
El canalla mereció más
Rosario Central mostró otra cara respecto a partidos anteriores, desde lo actitudinal hasta en lo deportivo. Juan Giménez hizo un correcto partido en defensa, Lovera viene manteniendo un gran nivel y Agustín Módica demostró que como siempre en la historia de este club, las soluciones estuvieron en la cantera.
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