Apostar desde dispositivos móviles es cada vez más usual. La industria atraviesa uno de los momentos más destacados a nivel mundial, sobre todo entre los jóvenes. Sin embargo, puede resultar riesgoso.
Entre tantas posibilidades que ofrecen la tecnología y la virtualidad, el mundo de las apuestas gana cada vez más lugar. Los casinos virtuales se han convertido en una tentadora realidad para millones de personas alrededor del mundo. Sobre todo porque las plataformas ofrecen una experiencia de juego bastante cómoda. Sin embargo, detrás de la practicidad se esconde un peligro silencioso.
Los casinos virtuales ofrecen una amplia variedad de juegos: desde tragamonedas y póker hasta ruleta y blackjack. Todo eso con la simple acción de descargarte las aplicaciones en dispositivos electrónicos. Pero, la accesibilidad 24/7 de estos sitios ha llevado a un aumento preocupante en el número de personas que se ven atrapadas en el ciclo del juego compulsivo.
La ludopatía es una adicción que puede afectar a personas de todas las edades y clases sociales. Los casinos virtuales, al ofrecer una experiencia de juego sin restricciones de tiempo ni ubicación, han exacerbado el problema, llevando a muchas personas a complicaciones financieras.
El papel de las redes sociales y el marketing
El mundo digital también contempla redes sociales, marketing e influencers. Estos últimos se han convertido en actores claves en lo que respecta a los casinos y apuestas en línea.
Las agencias de apuestas eligen a comunicadores para publicitar el servicio en busca de jugadores nuevos. A través de sus cuentas de Instagram, Twitter o Tik Tok, estos famosos recomiendan juegos, aplicaciones y sitios de apuestas.
De esta manera, este negocio ha ganado terreno y cada día suma nuevos consumidores, quienes se ven atrapado, muchas veces, en círculos viciosos.
Falta de regulación
A diferencia de los casinos físicos, los casinos virtuales a menudo operan en un área gris legal, lo que dificulta la aplicación efectiva de regulaciones para proteger a los jugadores.
La falta de regulación adecuada permite prácticas cuestionables, como bonificaciones engañosas y algoritmos de juego diseñados para mantener a los jugadores en el sitio por más tiempo, aumentando así sus pérdidas.
El caso de Argentina
Si bien en nuestro país no existe una regulación a nivel nacional, la legislación de casas de apuestas y casinos online es responsabilidad de cada provincia.
Actualmente, quince de las veintitrés provincias cuentan con normativas para estos casos. Santa Fe, Santa Cruz, Mendoza, Corrientes, La Pampa, Río Negro, Chacho, Tucumán, Misiones, Entre Ríos, Neuquén, San Luis, Buenos Aires y CABA.
Organizar y/o participar en juegos de azar clandestinamente, es, sin embargo, un delito. Puede ser penalizado con hasta seis años de cárcel.
