Norma Acosta, una de las denunciantes de la corrupción policial en Rosario, denunció que fue atacada a balazos en la puerta de su casa. “Vinieron a matarme”, declaró ante los medios.

En la mañana del martes, alrededor de las 9.30, Norma Acosta fue víctima de un violento ataque a balazos en su domicilio ubicado en Pasaje Larguía al 3400, en la zona sur de Rosario.
Acosta denunció públicamente un supuesto entramado de corrupción dentro de la Unidad Regional II de la Policía de Santa Fe, vinculado al robo y la venta ilegal de combustible.
Según consta en el parte policial, se registraron al menos cinco impactos de bala en la fachada de la vivienda y se hallaron cuatro vainas servidas en el lugar. La víctima relató que justo se preparaba para salir a trabajar cuando observó a dos hombres en un automóvil blanco con vidrios polarizados que comenzaron a disparar. “Abrí la puerta y vi al tirador, me tiré al piso y cerré. Vinieron directamente a matarme”, declaró con visible angustia.
No es el primer hecho intimidatorio que denuncia. Acosta aseguró haber recibido amenazas previamente, incluyendo la entrega de un cajón mortuorio con una nota dirigida a su nieto. Además, manifestó no confiar en la policía local: “¿Qué le voy a decir si son los mismos que están implicados?”, afirmó.
Las declaraciones de Acosta involucran directamente a altos mandos policiales y ponen en evidencia un contexto alarmante de impunidad.
La mujer señala que las autoridades la ignoraron, aunque presentó denuncias formales hace meses.
El ataque contra Norma Acosta reaviva las alarmas sobre el nivel de exposición de quienes denuncian hechos de corrupción policial en Rosario. Su testimonio apunta a un posible entramado mafioso dentro de las fuerzas de seguridad. Mientras tanto, la justicia deberá determinar si este atentado fue una represalia directa por sus denuncias, en un contexto donde el silencio parece imponerse a la verdad.
Otro hecho
Casualmente, momentos antes apareció en Ayacucho al 2700, un hecho de intimidación pública, contra el Colegio Constancio C. Vigil, donde dejaron una bandera colgada escrita con un mensaje intimidatorio.
Finalmente en Villa Gobernador Gálvez también hubo un hecho de abuso de armas, en una vivienda de 9 de Julio al 2000, donde provocaron daños materiales en la fachada. Afortunadamente no se registraron heridos
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