El arroyo Sarandí sorprendió a los vecinos con sus aguas rojas. La contaminación y los malos olores son una constante en la zona.
El Ministerio de Ambiente de la provincia de Buenos Aires investiga por qué las aguas del arroyo Sarandí, en Avellaneda, se tiñeron de rojo. Las muestras tomadas serán analizadas, aunque aún no hay conclusiones claras.
Las imágenes de este fenómeno se difundieron rápidamente en redes sociales, generando preocupación entre los vecinos, quienes aseguran que la contaminación es un problema recurrente. Afirman que el agua cambia de color constantemente, mostrando tonos verdes, amarillos, violetas y hasta marrones, y que el mal olor, a veces ácido, les obliga a cerrar puertas y ventanas.
Los residentes del área señalan que los olores desagradables suelen causar molestias, como dolores de garganta. Aunque en la zona no hay muchas fábricas, hay depósitos y una droguería que, según algunos vecinos, podrían estar contribuyendo a la contaminación.
Una residente explicó que el arroyo ha tenido diferentes colores y texturas a lo largo de los años, incluso mencionando que la situación empeora cuando un camión cisterna visita una empresa de tratamiento de residuos peligrosos. A pesar de las denuncias y las visitas de los organismos de control, los habitantes sostienen que nunca se ha encontrado evidencia concluyente sobre la causa de la contaminación, lo que alimenta su desconfianza.
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