En Latinoamérica y el Caribe, la violencia y la delincuencia absorben casi el 3,5% del Producto Bruto Interno (PBI). Se trata de un desafío económico para la región.
Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la violencia y la delincuencia absorben el 3,5% del Producto Bruto Interno (PBI) de Latinoamérica y el Caribe. Agotan fondos que podrían destinarse a la educación y la asistencia a las personas vulnerables, destaca el organismo.
Además, indica que el costo de la delincuencia asciende a casi el 80% de los presupuestos públicos de la región para educación, el doble de lo que se destina a asistencia social y doce veces más el presupuesto para investigación y desarrollo. Vale mencionar que el trabajo publicado utilizó datos del año 2022.
Al respecto, el presidente del BID Ilan Goldfajn dijo que la delincuencia “limita el crecimiento, impulsa la desigualdad y desvía la inversión privada y pública”. Y consideró: “Debemos aunar y redoblar esfuerzos para cambiar esa realidad”.
El estudio calcula el costo directo de la delincuencia y la violencia en tres ámbitos: pérdida de capital humano en forma de tiempo productivo, el gasto en mitigación del delito por parte de las empresas y el gasto público en prevención de la delincuencia y justicia penal. En 2022, los gastos de las empresas privadas representaron el 47% del costo total de la delincuencia. Mientras que el gasto público en prevención del delito representó el 31% y la pérdida de capital humano, el 22%.
Si se alcanzaran los niveles de ciertos países europeos, la región dispondría cerca del 1% del PBI para invertir en bienestar social y otros programas, según el BID.
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