En Santa Fe, el modelo sindical impulsado por Aladio crece con respaldo de base y pone en crisis la estructura tradicional.
En la provincia de Santa Fe, el gremio que encabeza Sergio Aladio impulsa un modelo sindical que desafía de forma directa al esquema tradicional liderado por Hugo Moyano. La situación actual revela un profundo malestar en el sector del transporte, motivado por paritarias nacionales que no responden a las expectativas de los trabajadores. En contraste, Santa Fe emerge como un espacio de transformación, con un nuevo convenio colectivo que ya adoptó el 95% de las empresas locales.
Este acuerdo introduce mejoras salariales de hasta un 10%, beneficios por presentismo y condiciones laborales más justas. Además, no genera mayores costos para los empleadores, lo que refuerza su viabilidad.
Sin embargo, este avance provoca resistencias dentro de las estructuras sindicales tradicionales. Según fuentes del sector, Moyano habría presionado a empresas nacionales para impedir la implementación del nuevo esquema en Santa Fe, lo que desde el gremio local interpretan como un intento de boicotear derechos laborales conquistados.
Un caso paradigmático es el de Andreani, donde los trabajadores adoptaron medidas como trabajo a reglamento y asambleas. Rechazan así la negativa de la empresa a pagar los sueldos según lo establecido en el nuevo convenio, una decisión atribuida a presiones externas.
Ante este escenario, Aladio reconoce que el vínculo entre trabajadores y dirigencia tradicional se fracturó. Propone construir un nuevo equilibrio basado en el diálogo y la mejora de las condiciones laborales. A su juicio, lo que sucede en Santa Fe demuestra que es posible otro tipo de sindicalismo, más cercano a las bases y con una visión renovada. Aunque el futuro es incierto, el modelo santafesino ya marca una ruptura significativa en el corazón del país.
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