Paulo Milanesio es coordinador general de emergencias humanitarias para Médicos sin Fronteras. Debe asistir a poblaciones víctimas de guerras, epidemias o desastres naturales.
Se recibió de Ingeniero Civil en la Universidad Nacional de Rosario y hoy es coordinador general de emergencias humanitarias para Médicos sin Fronteras. Paulo Milanesio terminó su carrera y emprendió un viaje en el que encontró su verdadera vocación: asistir a poblaciones que no tienen acceso a la salud o son forzados a huir de sus hogares por desastres naturales, epidemias o guerras. Día a día se enfrenta a diferentes ofensivas para salvar a personas en condiciones de extrema vulnerabilidad.
En una emotiva charla que brindó en la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR, ante un numeroso grupo de docentes y estudiantes, contó que cuando se graduó empezó a trabajar en obras civiles, viales y edificación, pero que su deseo era aplicar esos conocimientos técnicos a una causa social.
Primero se formó como Magíster en Tecnologías para el Desarrollo Humano y la Cooperación Internacional en la Universidad Politécnica de Cataluña, Barcelona. Luego entró al mundo humanitario en la organización Ingeniería Sin Fronteras de España, como profesional especializado en el abastecimiento de agua en zonas rurales de países en desarrollo.
“Había poblaciones con necesidades básicas no cubiertas que caminaban ocho horas para conseguir agua en lugares donde la higiene y el saneamiento eran complejos. Ahí empecé a aplicar la ingeniería en temas humanitarios”, reconoce y comenta: “Llegar con los equipos, las perforadoras y hacer un pozo de agua, significaba cambiarles la vida, no sólo por poder acceder a este elemento vital y evitar enfermedades sino también porque les permitía pasar más tiempo con sus hijos”.
Después trabajó en Arquitectura Sin Fronteras, en otras dos ONGs más vinculadas a proyectos de salud pública y en el año 2020 ingresó a Médicos Sin Fronteras. Allí se formó como Gestor de Seguridad y Negociación de Acceso. Actualmente, a sus 38 años, es parte fundamental de esta entidad como coordinador de campo y jefe de misión. Debe garantizar que los equipos puedan entrar en zonas impenetrables, brindar condiciones médicas básicas, agua potable, alimentos, refugio o materiales para construir una casa. Así lo hizo en Mozambique, Guatemala, Yemén, Camerún, Mauritania, Senegal, Etiopía y Ucrania.
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