Esta problemática fue analizada en el encuentro “Los mitos ocultos en las noticias sobre trata de personas”, realizado en el marco del Día Mundial contra la Trata de Personas, instaurado por la ONU.
Durante el encuentro virtual titulado “Desmitificando las noticias sobre trata de personas”, organizado por la Defensoría del Público en la mañana de este martes, con motivo del Día Mundial contra la Trata de Personas, establecido por Naciones Unidas el 30 de julio para crear conciencia sobre este crimen.
Se discutieron los nuevos factores que afectan la lucha contra esta problemática que se ha expandido con la evolución tecnológica.
Hugo Muleiro, del área de capacitación de la Defensoría del Público, destacó que la trata de personas conlleva la privación de la libertad, obstáculos para la libre circulación y la imposibilidad de llevar documentos personales, además de diversas irregularidades relacionadas con el cobro de servicios inexistentes.
Este delito ha evolucionado en consonancia con los tiempos actuales, lo que implica que ningún Estado puede enfrentarlo por sí solo. Es fundamental contar con ciudadanos conscientes que colaboren y denuncien cada vez que perciban indicios de este tipo de delitos.
Uno de los problemas principales es la persistencia de una representación “tradicional” de este delito.
Se suelen mostrar imágenes de mujeres encadenadas o cautivas, pero el proceso de captación ha evolucionado. Ya no se lleva a cabo utilizando una camioneta que secuestra a personas”, destacó el experto.
Aunque las captaciones violentas en la vía pública aún ocurren, son menos frecuentes. Durante la pandemia de coronavirus, se ha notado un aumento en el uso de redes sociales y plataformas digitales como nuevas formas de llevar a cabo este delito.
Con la digitalización, se ofrecen oportunidades laborales que no solo buscan a personas en situación vulnerable.
Desde la Defensoría del Público, Natalia Rossetti aclara que uno de los principales “mitos” que rodean a la trata de personas es la idea de que las víctimas siempre son personas en situaciones extremadamente vulnerables. En realidad, muchas veces se busca a personas de sectores medios con la promesa de mejorar su condición social rápidamente.
Ambos especialistas coinciden en que otra confusión común es vincular la trata de personas con la precarización laboral. Estos dos problemas son distintos y deben ser abordados de manera independiente.
“Forma parte del contexto sociocultural en el que una persona se encuentra cuando hay trabajadores que experimentan situaciones de irregularidad en sus pagos”, mencionó la especialista.
Según explicó Rossetti, existen tres indicadores que el Estado utiliza para identificar situaciones de trata con fines de explotación: la falta de salario justo, la retención de documentos personales y las condiciones precarias en el lugar de trabajo.
“En nuestro país, la trata con fines de explotación laboral está en aumento debido a la operación de redes tratantes que se aprovechan de la necesidad de trabajo y de mejorar la situación social”, añadió.
La mayoría de los casos no involucran captaciones forzadas, sino engañosas, enfatizó Rosetti, quien destacó la importancia de romper con estos “mitos” para facilitar los canales de denuncia, consulta y lucha contra la trata.
Otro aspecto cuestionado por los especialistas es la tendencia a vincular todas las situaciones de explotación sexual con la trata de personas, ya que no todas las personas que experimentan explotación sexual son víctimas de trata.
“Es necesario distinguir entre una persona que, al no encontrar trabajo, toma la decisión de prostituirse y otra persona que es obligada y forzada a hacerlo”, señalaron.
Es relevante destacar que dentro de los movimientos de mujeres existen grupos abolicionistas que consideran la prostitución como una forma de explotación en todas sus manifestaciones, mientras que otros la ven como una decisión propia dentro de sus libertades.
Además, se abordó la problemática relacionada con la trata de personas en el contexto de explotación laboral infantil, donde se plantea que aunque el niño, niña o adolescente no esté directamente involucrado en el trabajo forzoso, sus familias sí lo están, convirtiéndolos así en víctimas de trata.
Según señaló Rossetti, esta situación presenta dos aspectos complejos. Por un lado, se vulneran directamente los derechos de los niños y niñas, mientras que por otro, la vulneración ocurre desde su propio entorno. Al encontrarse en el mismo lugar donde trabajan sus padres, su movilidad y desarrollo quedan limitados.
Los expertos destacaron que el delito de trata de personas se ve influido por nuevos factores, como el cambio climático y las migraciones forzadas. Estos movimientos migratorios obligan a comunidades y familias a desplazarse fuera del control estatal y, como resultado, las personas quedan más expuestas a la posibilidad de caer en manos de traficantes.
Es importante resaltar que el problema de la trata no finaliza el día en que la víctima es rescatada. Los especialistas enfatizaron en que el Estado argentino tiene responsabilidades continuas, como brindar atención en salud, vivienda y capacitación laboral para las personas afectadas. El proceso de recuperación de quienes han sido sometidos a trata es largo y delicado, requiriendo un cuidado y privacidad adecuados para superar una situación de vulneración extremadamente grave.
En conclusión, la trata de personas no solo afecta la libertad y el valor de las personas involucradas, sino que también demanda un enfoque sostenido y comprometido por parte de las autoridades para proporcionar el apoyo y las herramientas necesarias para su recuperación integral.
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