El tenista platense de 23 años llegó a octavos de final tras ganarle al croata Coric por 6-3, 7-6 y 6-2. En la próxima ronda se enfrentará a Nishioka.
Tras tres horas de partido, Tomás Martín Etcheverry se tiró sobre el polvo de ladrillo de la cancha 14 del complejo de Roland Garros para celebrar su victoria ante el croata Borna Coric, por 6-3, 7-6 (5) y 6-2. Atrás ya habían quedado el australiano Alex de Miñaur (19°) y el británico Jack Draper. Clasificado a los octavos de final del torneo, donde lo espera el japonés Yoshihito Nishioka (27°).
Etcheverry frenó al talentoso croata, que en esta edición de Roland Garros, ya que venía de sacar del torneo a Federico Coria y Pedro Cachín. “No recuerdo haber jugado un set como el primero”, se sincera Tomás en medio del festejo. La felicidad no cabía en sus casi dos metros de estatura. 1.96 metros que no se notan porque además de un buen inventario de golpes, también es dueño de una movilidad asombrosa. Coric buscó pasarlo por arriba, descolocarlo con dropshots, pero el argentino siempre llegaba.
Etcheverry es uno de los representantes de esta nueva generación del tenis nacional junto a Francisco Cerúndolo. Quienes saben del tema señalan que “Tomy” es el dueño del tenis más completo entre su camada.
El tenis del joven jugador platense crece a medida que va superando rivales. Este 2023 llegó a dos finales, primero en Santiago, donde cayó con el chileno Nicolás Jarry y después en Houston, donde no pudo con el estadounidense Frances Tiafoe luego de dos tiebreak en los que la moneda lanzada al aire cayó del otro lado de la red.
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