Son demasiadas las opciones de listas y candidatos a elegir en estas elecciones, por lo que puede ser común el sentirse desorientado a la hora de tomar una decisión de voto.
Elegir a nuestros representantes puede ser un trabajo complejo cuando estamos frente a tantas alternativas. Por lo cual, es común que surjan preguntas como: ¿por quién debo votar? ¿Cómo puedo elegir sabiamente entre tantos candidatos?.
Esperando ser útil, aquí hay 8 principios a considerar para votar con sabiduría en elecciones políticas:
1. Reconocer el rol del gobernante
Es importante precisar el rol de la democracia, donde el poder radica en el pueblo, quien elige a las personas más idóneas para que les representen en los puestos de gobierno para el servicio público.
Por tanto, no elegimos autoridades para que ellas se lucren, sino que elegimos servidores públicos para que sirvan al pueblo y no se sirvan del pueblo.
2. Reconocer la responsabilidad de votar
El voto es tanto un derecho como un deber ciudadano amparado en la constitución de muchos países. Es un privilegio del cual disfrutamos gracias al gran sacrificio hecho por nuestros predecesores para construir una democracia en la que podamos escoger a los gobernantes de nuestra nación.
3. Procurar votar con conciencia, no por conveniencia
No se debe decidir votar por un candidato por las dádivas que ha recibido o pudiera recibir si ese candidato gana. No es correcto poner nuestra esperanza en hombres ni vivir a costa del Estado sin trabajar a cambio. Es deshonesto recibir nombramientos sin funciones o cobrar de una nómina pública sin trabajar. Esto es un desfalco al Estado y robo contra sus conciudadanos.
4. Votar por valores, no por colores
Los valores de los candidatos son sumamente importantes. Sus principios y prioridades determinan cuál será el curso de acción a seguir de esa persona una vez sea favorecida por la voluntad popular.
Debemos analizar el perfil de los candidatos y no elegirlos por el simple hecho de que pertenecen a un partido, sino por lo que individualmente cree y propone esa persona en particular que se ofrece a ser un servidor público.
Es más importante lo que piensa el candidato a cómo se ve. Evitemos dejarnos persuadir por la cantidad de anuncios a favor de un candidato, y preocupémonos mejor por su carácter, su cosmovisión, su historial.
5. Conocer a los candidatos
Debemos conocer a los candidatos, enterarnos de sus propuestas, buscar y solicitarles que nos expliquen sus planes de gobierno, que debatan con otros candidatos, y que nos digan cuáles son sus perspectivas y los valores que sostienen.
6. Votar por convicción, no por tradición
Nuestro voto debe basarse en nuestra íntima convicción y no en aspectos tradicionales, familiares, o culturales. El ejercicio del sufragio no se trata de un evento deportivo sino democrático. Debemos evitar sumarnos a las mayorías simplemente porque son mayoría, o unirnos al sentir popular por el mero hecho de “ganar” sin premeditar lo que es más correcto.
7. Considerar cómo debe ser el candidato ideal
Se debe considerar algunas de las cualidades que deberían investir a un candidato como el ser sabio, coherente, no amante de ganancias deshonestas, digno, de una sola palabra, íntegro, defensor de la verdad y el bien común, prudente, no avaricioso. No debe ser utilitarista o pragmático, sino ético y moral, capaz de gobernar, con aptitudes y actitudes propias de un líder, conocimientos de administración pública, profesional.
En caso de que un candidato sea así, su gabinete de gobierno debería estar compuesto por personas del mismo calibre, íntegras y capaces. Debemos analizar cual de todos se acerca más al ideal y por este votar.
8. Evitar las peleas por preferencias políticas
Es común que las pasiones afloren cuando se habla de política. Con frecuencia podemos pecar de orgullo, arrogancia, falta de gentileza o amabilidad contra los demás con palabras ásperas o hirientes. Tengamos en mente que nuestra opinión no es la norma por la cual se deben regir los demás. Necesitamos estar abiertos a considerar otros puntos de vista sin que esto nos altere o moleste.
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