Se cumplen treinta años del atentado a la AMIA. El 18 de julio de 1994 un coche bomba devastó la sede y dejó ochenta y cinco víctimas.
Se cumplen treinta años del atentado a la AMIA. El 18 de julio de 1994, a las 9:53 horas, un coche bomba devastó la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina en Buenos Aires y desató una tragedia que marcó un antes y un después en la historia del terrorismo argentino. El ataque cobró la vida de ochenta y cinco personas y dejó un rastro de devastación que se extendió por varias manzanas a la redonda, con autos y vidrios de ventanas estallando bajo la onda expansiva.
Hoy, 30 años después, el caso sigue sin resolverse, sumido en irregularidades judiciales que han impedido el arresto y juicio de los responsables. Los familiares de las víctimas continúan exigiendo justicia.
Vale recordar que el ataque a la AMIA no fue un hecho aislado en la historia argentina. Dos años antes, en 1992, la Embajada de Israel fue blanco de un acto terrorista que tuvo como consecuencia la muerte de veintidós personas y dejó más de doscientos cuarentas heridos.
Sobre la sentencia
En abril de este año, la Justicia argentina emitió una histórica sentencia declarando a Irán como “Estado terrorista”, responsable del atentado. Esta determinación no solo apunta a los perpetradores directos, sino que establece un precedente para la búsqueda de justicia global, sin límites de tiempo ni fronteras.
Sin embargo, la larga trayectoria judicial ha estado plagada de obstáculos. La investigación, documentada en más de ciento cuarenta y seis mil hojas, enfrentó múltiples desafíos políticos y legales, incluyendo la controversia en torno al Memorándum con Irán en 2013 y acusaciones posteriores de encubrimiento.
A pesar de estos reveses, persiste la esperanza de que el fallo reciente allane el camino hacia el esclarecimiento definitivo y la justicia para las víctimas y sus familias, quienes han mantenido viva la llama de la memoria y la exigencia de verdad.
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