Finalmente se obtuvieron los indicios preliminares de la autopsia realizada al actor fallecido el sábado pasado.
Comienza de a poco a aclararse el misterio en torno a la muerte del actor Matthew Perry. Luego de la autopsia realizada, se determinó que no se encontraron sustancias mortales en potencia en su organismo. Drogas como fentanilo o metanfetamina no fueron halladas en su sistema. Así, las pruebas preliminares sirvieron para confirmar que no hubo sobredosis.
Sin embargo, el testeo que indicará si existió alguna combinación letal de medicamentos recetados se conocerá en varios meses. Esta prueba, en conjunto con lo analizado en la autopsia, determinará la causa del deceso.
Al no haber drogas como las metanfetaminas, la policía de Los Ángeles apunta a los efectos contraindicados de medicamentos que tomaba Perry. No obstante también se baraja la posibilidad de una desafortunada descompensación o desmayo que derivó en un ahogamiento.
Es importante señalar que la División de Robos y Homicidios de la policía descartó cualquier tipo de acto criminal en la escena.
Según reveló el sitio especializado TMZ, los allegados al artista no salen de su desconcierto ya que Matthew Perry se encontraba en muy buen estado general. Incluso, en la mañana del sábado, el comediante había estado practicando deporte en un club cercano a su casa.
Al volver por la tarde, le dio una lista de tareas a su asistente, y cuando este volvió a la residencia, descubrió a Perry inconsciente en el jacuzzi.