La tormenta en Rosario dejó casi mil reclamos por árboles caídos y voladuras, mientras cuadrillas municipales trabajan para normalizar la ciudad.
Las cuadrillas municipales trabajaron intensamente en Rosario tras la tormenta que dejó calles anegadas, árboles caídos y voladuras de techos. Durante la mañana, cuando se registró el mayor caudal de agua, ingresaron casi mil reclamos al municipio. Gonzalo Ratner, de Defensa Civil, indicó que la mayoría se concentró en pocos minutos y pidió paciencia, ya que la respuesta operativa prioriza los casos según su gravedad y podría llevar días resolverlos.
Del total de reclamos, casi 600 correspondieron a árboles y ramas caídas, mientras que el resto involucró voladuras, cables y columnas. Además, la Secretaría de Desarrollo Humano y Hábitat asistió a 196 familias afectadas en distintos distritos, con mayor impacto en las zonas norte y noroeste.
Ratner describió la jornada como “muy difícil”, con lluvias intensas, granizo y ráfagas de viento que alcanzaron los 120 km/h. Más de 120 milímetros de agua cayeron en pocas horas, complicando el trabajo de los equipos en la calle. Cerca de 100 personas participaron en las tareas, organizadas según la magnitud de cada emergencia.
El municipio dispuso personal de distintas áreas para enfrentar la crisis y mantener la seguridad en la vía pública. Las cuadrillas seguirán operando con rotación de trabajadores para atender los riesgos en el tránsito y garantizar la normalización progresiva de la ciudad.
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