La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pronosticó que la economía argentina enfrentará una severa recesión, alta inflación y el riesgo de una devaluación repentina.
El informe sugiere que el PIB de Argentina se contraerá un 1,6% en 2023, marcando la mayor caída en toda la región latinoamericana. Se espera que la recuperación económica del país comience el año siguiente, con una tasa de crecimiento proyectada del 1,1 % a medida que la economía se estabilice.
Recesión y Desempleo
El informe de la OCDE destaca que es probable que la próxima recesión en Argentina conduzca a una disminución del empleo. La severa sequía experimentada en 2023 ha afectado negativamente a las exportaciones, pero se espera que se recuperen en 2024. La inflación ha superado el 100% y se espera que se mantenga en niveles altos en el corto plazo. El informe también menciona que los estrictos controles de capital y la incertidumbre política antes de las elecciones de octubre de 2023 obstaculizarán la inversión y el consumo en 2023.
Inflación y Devaluación
Argentina estuvo lidiando con altas tasas de inflación, alcanzando un máximo histórico de 114,2% interanual en mayo. La falta de un ancla formal para las expectativas de inflación y la brecha cada vez mayor entre los tipos de cambio oficiales y paralelos (actualmente en torno al 100 %) contribuyen al desafiante panorama económico. El Banco Central de Argentina (BCRA) ha elevado las tasas de interés para incentivar la tenencia de saldos en moneda nacional y ha aliviado levemente la presión sobre el tipo de cambio. Sin embargo, dados los persistentemente altos niveles de inflación, pueden ser necesarias nuevas subidas de tipos de interés.
La exposición de Argentina a los altos y volátiles precios de la energía, particularmente el gas natural licuado (GNL), se ha sumado a los desafíos económicos. Para mitigar el impacto del aumento de los costos de la energía, el gobierno extendió los controles de precios hasta 2023, que también cubren algunos alimentos y bebidas. La disminución de los ingresos por exportaciones y las bajas reservas de divisas están ejerciendo una presión cada vez mayor sobre las finanzas públicas, las cuentas externas y la economía en general.
Medidas gubernamentales y acuerdo con el FMI
El informe de la OCDE destaca que la reducción del gasto público, en particular de los subsidios a las tarifas energéticas, y el logro de las metas fiscales acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) serán cruciales para estabilizar la situación. Se espera que la reducción de las transferencias del Banco Central al Tesoro alivie las presiones inflacionarias, reduzca la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo y reduzca el riesgo de una devaluación repentina. Sin embargo, cumplir con el objetivo de déficit primario del 1,9% del PIB en 2023, según lo acordado con el FMI, sigue siendo un desafío importante debido a la disminución de los ingresos por impuestos a la exportación causada por la sequía.
Vale la pena señalar que el FMI recientemente suavizó los objetivos en el acuerdo de préstamo de $ 44 mil millones de Argentina, una decisión que critican algunos analistas, creyendo que el fondo está siendo indulgente con el país. La posible reducción de la ayuda del FMI plantea preocupaciones sobre una posible devaluación, que podría empujar a Argentina a una crisis comparable a períodos turbulentos anteriores de su historia.
Comparación con otros países latinoamericanos
El informe de la OCDE también proporciona información sobre las perspectivas económicas de otros países de América Latina. Predice que Costa Rica experimentará la tasa de crecimiento más alta de la región con un 2,8 % este año, seguida de México (+2,6 %), Brasil (+1,7 %), Perú (+1,7 %) y Colombia (+1,5 %). . Chile es el único país de la lista, además de Argentina, que se espera experimente una ligera caída del 0,1%.
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