En 2011, la salud de la modelo comenzó a deteriorarse después de someterse a una cirugía estética donde se le inyectó polimetilmetacrilato en los glúteos y provocó una serie de complicaciones médicas.
Tras 79 días internada en estado crítico en el Hospital Italiano de Buenos Aires, la familia de Silvina Luna, decidió desconectar a la modelo del equipamiento que le daba soporte vital y un par de horas después murió.
En 2011, la salud de la modelo comenzó a deteriorarse después de someterse a una cirugía estética realizada por el doctor Aníbal Lotocki. Este médico, quien más tarde fue condenado a cuatro años de prisión, le inyectó polimetilmetacrilato en los glúteos, lo que provocó una serie de complicaciones médicas.
Con el paso del tiempo, las secuelas de este procedimiento estético se hicieron cada vez más graves. La modelo sufrió de hipercalcemia e insuficiencia renal, condiciones que la obligaron a someterse a tratamientos de diálisis durante cuatro horas al día, tres veces a la semana.
“Tuve muchas presiones y muy pocas herramientas. Hacíamos teatro de revista y el cuerpo hegemónico era todo. Se usaban las tetas grandes y el culo acá arriba. Y yo me dejé llevar por eso, por buscar una seguridad en el exterior y querer cumplir con ese estereotipo. Eso me llevó a esa operación”, había contado la propia Luna.
Acerca de cómo fue la intervención estética, en una entrevista en 2014, Lotocki se refirió al tratamiento que le realizó a la modelo y dijo: “Le hicimos una pequeña extracción de grasa de la cintura y esa grasa fue la que utilizamos para hacer un rellenito mezclado con un poquito de metil metacrilato, que fue lo que se le puso a Silvina Luna”.
¿Qué es polimetilmetacrilato?
El polimetilmetacrilato (PMMA) fue descubierto en Alemania en 1902 por los químicos Otto Röhm y Walter Bauer. Es un tipo de plástico que inicialmente se utilizó como un sustituto del vidrio debido a su resistencia a las roturas.
Desde la Segunda Guerra Mundial, su producción se ha llevado a cabo a gran escala y se ha convertido en uno de los polímeros plásticos más importantes derivados del ácido acrílico. En medicina, esta sustancia suele utilizarse para prótesis dentales y óseas, para aplicarse como cemento entre las distintas piezas.
En Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) también había autorizado su uso para tratar surcos y depresiones en la piel facial en dosis pequeñas.
En el caso de Silvina Luna, al ser aplicado en áreas grandes del cuerpo como los muslos y los glúteos, es probable que se haya superado ampliamente la dosis autorizada y, además, por una cuestión de costos, que haya sido mezclado con otras sustancias.
Sin embargo, en una actualización reciente, el 30 de diciembre de 2022 la ANMAT anunció la prohibición del uso de PMMA en productos cosméticos y en higiene oral odontológica, específicamente cuando se utiliza en forma de microperlas o microesferas.
El médico nefrólogo y cardiólogo Gabriel Lapman (MN 119.066) explicó a un medio nacional que el PMMA “es un polímero, un agente extraño para el cuerpo, que no es biocompatible por eso genera granulomas, que es un conjunto de células inflamatorias y en algunos casos, como en Silvina Luna, produce hipercalcemia”.
Además, genera aumento de calcio en la sangre que genera nefrocalcinosis, que es que el riñón se vaya tapando con el exceso de calcio, a niveles que se tornan poco fáciles de controlar, conlleva una insuficiencia renal.
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