PSG jugó un partido perfecto y pasó por arriba al equipo italiano con un 5-0 implacable para quedarse con la Champions League por primera vez.
París Saint-Germain logró una consagración histórica en Múnich tras aplastar por 5 a 0 al Inter de Milán, que contó con Lautaro Martínez entre sus titulares. El equipo dirigido por Luis Enrique mostró un nivel superlativo y se quedó con la primera Liga de Campeones de su historia, firmando además la mayor diferencia de gol en una final del certamen.
El equipo parisino se adelantó en el marcador a los 12 minutos del primer tiempo con un gol de Achraf Hakimi, tras una buena combinación ofensiva con Désiré Doué. Ocho minutos más tarde, el propio Doué amplió la ventaja con una definición impecable al ángulo.
Durante la primera mitad, el dominio del PSG fue total: presionó alto, controló el ritmo del partido desde el mediocampo y generó múltiples situaciones de peligro. Fabián Ruiz, Dembélé y Kvaratskhelia estuvieron cerca de anotar, mientras que la zaga italiana nunca encontró respuestas ante la potencia ofensiva del rival.
El segundo tiempo mantuvo la misma tónica. Doué volvió a marcar a los 18 minutos, capitalizando una excelente asistencia de Vitinha. Luego, Khvicha Kvaratskhelia estiró la diferencia a los 27 minutos, tras una jugada por derecha comandada por Dembélé, una de las grandes figuras de la noche.
Pese a los intentos del técnico Filippo Inzaghi por reacomodar al equipo con modificaciones, el Inter nunca pudo hacer pie en el campo. Ni Barella ni Thuram ni Zalewski lograron inquietar a la sólida defensa del PSG, que mostró firmeza y solidez en cada intervención.
A cuatro minutos del final, Senny Mayulu, quien había ingresado desde el banco, selló el resultado tras una buena jugada colectiva. Recibió un pase preciso de Barcola y definió cruzado al palo izquierdo del arquero para cerrar una noche perfecta.
Lautaro Martínez posterga su deseo
Así, el PSG rompe su maleficio europeo y se corona por primera vez en el torneo más importante del continente, en una final que quedará en la memoria por su contundencia. Para Lautaro Martínez, en cambio, fue otro trago amargo: por segundo año consecutivo, se quedó a las puertas del título.
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