En los últimos años, se profundizó la pérdida del poder adquisitivo de los ingresos.
La situación económica en Argentina es preocupante debido a la alta inflación que ha generado una pérdida del poder adquisitivo de los ingresos, lo que ha llevado a que los salarios registrados se encuentren en el nivel más bajo desde 2007 . La inflación en este año superará el 100% anual, lo que derivará en una pobreza en torno al 42% para el primer semestre. La pérdida del poder adquisitivo es una deuda del gobierno actual debido a la pérdida de valor que ha tenido la moneda en estos años, y revertir esa tendencia será el desafío de la próxima gestión, pero tiene que hacerse controlando la inflación.
La pérdida del poder adquisitivo de los salarios registrados se debe en gran parte a la inflación, que ha sido muy alta en los últimos años. Los ingresos de casi nadie en la economía crecieron a este ritmo, de manera que decir que vamos a ir a votar con un nivel de pobreza e indigencia mayor a esta altura no es un juicio de valor, es una fórmula matemática. En este sentido, las paritarias le ponen un piso a la nominalidad, y en la medida que eso no pase, la erosión va a ser mayor, como esperamos que suceda en 2023, ya que en los próximos meses el piso de la variación Índice de Precios al Consumidor (IPC) será de 6,5% o 7% mensual.
Los salarios registrados se encuentran en niveles similares a los de 2007, a pesar del crecimiento de la economía y de la recuperación del empleo. Si continúa este proceso, en medio de una inflación que apunta a superar los tres dígitos en 2023, el gobierno enfrentará las elecciones con sueldos muy deteriorados. La Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) finalizó febrero en $281.544, último dato disponible. Esa medición toma como referencia a los empleados registrados en relación de dependencia, es decir, que aportan al sistema previsional y que fueron declarados en forma continúa durante los últimos 13 meses. Es por eso que representan a los trabajadores que deberían tener mejores ingresos o, al menos, que están en una situación más favorable que la de los informales.
La situación de los trabajadores informales es aún más preocupante. Según Jorge Colina, director de la consultora Idesa, los no registrados son prácticamente la mitad de los ocupados. De cada 100 ocupados que hay en la economía, 32 son asalariados privados registrados, 18 son empleados públicos, esto da 50. Los otros 50 se reparten: 25 asalariado no registrado y 25 cuentapropistas. Ambos se mueven con el salario informal. El salario no registrado creció apenas un 40%, por debajo de la inflación, lo que señala que la pobreza seguirá alta, porque los ingresos laborales de los pobres son los salarios informales.
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