Una amplia revisión de estudios de la Universidad de Australia del Sur sugirió que debe considerarse a la actividad física como primera opción para mejorar la salud mental, sin dejar de tener en cuenta los otros tratamientos.
La depresión es un trastorno mental habitual y se estima que en todo el mundo el 5% de los adultos la padecen, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Por su parte, la ansiedad es el trastorno de salud mental más prevalente. En 2019, una de cada ocho personas (970 millones) en todo el mundo se vio afectada por un trastorno de salud mental y además, la pandemia de COVID-19 se ha asociado con mayores tasas de angustia psicológica, con una prevalencia que oscila entre el 35% y el 38% en todo el mundo.
Ahora, una revisión que acaba de publicarse en el British Journal of Sports Medicine ha concluido que el ejercicio debería ser el tratamiento principal para la depresión y otras afecciones de salud mental comunes. El documento estuvo a cargo de un equipo de investigadores de la Universidad de Australia del Sur (UniSA).
Esta investigación, una de las más completa hasta la fecha (analizó 97 revisiones, 1039 ensayos y 128 119 participantes) sobre el vínculo entre ejercicio y salud mental, mostró que los síntomas leves a moderados de depresión, ansiedad y angustia psicológica pueden aliviarse con actividad física.
Según el reciente estudio, el ejercicio es 1,5 veces más efectivo que el asesoramiento y los mejores medicamentos. El análisis encontró que las intervenciones de ejercicio de 12 semanas o menos redujeron los síntomas de salud mental en esa proporción, más aún que las alternativas farmacológicas o de terapia.
“Es importante destacar que la investigación muestra que no se necesita mucho ejercicio para lograr un cambio positivo en su salud mental”, indicó el autor principal, el fisiólogo clínico del ejercicio Ben Singh, perteneciente al equipo de trabajo de UniSA.
Estudios previos han encontrado que los pacientes que sufren de depresión, ansiedad u otras formas de angustia psicológica pueden beneficiarse de la actividad física tanto como lo harían con la psicoterapia o el tratamiento farmacéutico. “Se sabe que la actividad física ayuda a mejorar la salud mental -explicó Singh-, sin embargo, a pesar de la evidencia, no ha sido ampliamente adoptada como tratamiento de primera elección”.
Debido a que los estudios individuales han analizado una variedad tan amplia de tipos de actividad física, intensidades, subgrupos de población y grupos de comparación, puede ser difícil para los médicos dar sentido a la evidencia que sugiere que la actividad física es beneficiosa en el tratamiento de los trastornos de salud mental.
Entonces, Singh y sus colegas de UniSA realizaron un tipo de estudio más amplio llamado revisión general, para evaluar cómo todas las variantes de actividad física afectan la depresión, la ansiedad y la angustia psicológica en adultos. Una revisión general examina una colección de revisiones en lugar de estudios individuales para proporcionar una imagen general de lo que dice la investigación existente sobre un tema específico. Es decir que proporciona una cobertura general de toda la evidencia sobre un tema.
FUENTE: INFOBAE