París, la famosa Ciudad de la Luz, se enfrenta a un nuevo desafío en su lucha contra el cambio climático.
Con temperaturas extremas y olas de calor cada vez más frecuentes, la capital francesa decidió tomar medidas audaces para transformarse en una “ciudad oasis” en lugar de una “ciudad radiador”. Para lograrlo, París tiene como objetivo reducir el uso de asfalto en un 40%, una tarea desafiante considerando la preferencia histórica por el concreto en los proyectos arquitectónicos debido a su bajo costo y versatilidad.
La expansión descontrolada de áreas urbanas y la sobreutilización de superficies pavimentadas han contribuido al fenómeno conocido como “islas de calor” urbano.
Estas áreas se caracterizan por temperaturas mucho más altas que las zonas circundantes debido a la capacidad de absorción y retención de calor del asfalto y los tejados oscuros.
Estas medidas no solo ayudarán a combatir el calentamiento urbano, sino que también contribuirán a mejorar la calidad del aire y crear espacios más amigables para los ciudadanos.
Aunque la transición hacia una ciudad con menos asfalto no será fácil, París está comprometida en enfrentar este desafío para garantizar un futuro más sostenible y resistente al cambio climático.
La estrategia de Paris
Entre estas medidas destacan la plantación de 170.000 árboles para el año 2026, la transformación de plazas de estacionamiento en áreas verdes para el año 2030, y la reducción del 40% del asfalto en la ciudad.
La arquitectura parisina también está en el centro de estas reformas. Muchos de los edificios históricos de la ciudad no están preparados para hacer frente a las altas temperaturas. La falta de aislamiento adecuado se ha convertido en un problema importante.
Por lo tanto, se considera fundamental adaptar los edificios existentes, incluyendo aquellos con icónicos tejados de zinc que forman parte del patrimonio parisino. Estrategias como la “vegetalización” y el uso de colores claros en tejados y fachadas se están implementando para reducir la absorción de calor por parte de los edificios.
Además de los cambios físicos, París tiene previsto modificar su estilo de vida para aprovechar las horas más frescas del día. Los parques estarán abiertos durante la noche y se proporcionará refugio a las personas sin hogar para protegerlas del calor, al igual que se hace durante los fríos inviernos.
La ciudad también instalará más fuentes de agua, sombrillas y sistemas de pulverización para ayudar a mantener a los habitantes frescos durante los abrasadores veranos.
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