Organizadores de la próxima edición de los Juegos Olímpicos anunciaron que habrá 200 mil personas menos la ceremonia. Además, deberán pagar para estar presente.
Faltan siete meses para que comience una nueva edición de los Juegos Olímpicos. Esta vez, la sede será París, que ya comenzó a gestionar la inauguración. Por cuestiones de seguridad, autoridades anunciaron que reducirán significativamente la cantidad de personas presentes en el acto.
En principio iban a poder estar presentes unos 600.000. Sin embargo, ese número no convenció a los organizadores por temas vinculados a la seguridad. Luego se habló de 400.000, pero finalmente la prensa de los juegos anunció que habrá 300.000
Operativo de seguridad
La ceremonia genera preocupación en las autoridades de la ciudad. Es que habrá una enorme cantidad de espectadores en las orillas del Sena y eso significará un operativo de seguridad estricto. Según informaron, prevén unos 2.000 agentes sólo para quienes ocupen un lugar en las carpas junto al río. Vale aclarar que quienes se ubiquen allí pagaron entre 90 y 2.700 euros.
En tanto, los demás efectivos se agruparán en distintas zonas. La seguridad estará gestionada por servicios estatales y habrá 45.000 agentes movilizados a lo largo del desfile de 12 kilómetros. Esto supone 3.750 policías por kilómetro.
Asimismo, el portal del RMC Sposts añadió que “por razones de seguridad, la navegación por el Sena se cerrará una semana antes de la ceremonia de inauguración. Los muelles normalmente se cerrarán cuatro días antes del inicio del evento”.
Autoridades hablan de un “plan B”
Autoridades locales y de los Juegos se refieren a un “plan B” durante el acto inaugural. Vale recordar que, antes del comienzo de los Olímpicos, habrá eventos de rugby. En tal sentido, al haber idas y venidas sobre el tema, una fuente cercana a la organización asegura que “a principios de enero todo se acelerará”.
“No debemos olvidar que este momento de celebración será una verdadera plataforma para la huelga”, dijo un efectivo policial al portal RMC Sports. “De hecho, el plan B propuesto por el Jefe de Estado es más bien una “alternativa” que las partes interesadas ya han debatido durante varios meses”, explicó.
“La semántica cambia pero la idea sigue siendo la misma. Son posibles varias adaptaciones del escenario principal dependiendo de los eventos y la amenaza a medida que se acerca la ceremonia de apertura”. Asimismo, añadió que “el Trocadéro podría representar una posible alternativa con un desfile de delegaciones ante los líderes políticos y los invitados a esta ceremonia inaugural de los Juegos de París”. No obstante, “esta secuencia quitaría el lado “popular” deseado por la organización”, comentó.