Por Federico Angelini – Diputado Nacional
Siempre me emociono cuando hablo de Rosario. No es simplemente el lugar donde me tocó nacer, es el lugar donde mi familia y yo construimos nuestra historia, mi lugar en el mundo, donde crecí, me formé, me enamoré, tuve a mis hijos y donde quiero estar toda mi vida.
Cuando cierro los ojos, hay una Rosario a la que siempre quiero volver, esa ciudad donde se puede caminar tranquilo por la calle, donde los abuelos se sientan en la vereda sin miedo, donde estar en un parque con amigos o volver caminando del boliche no significa arriesgar la vida…
El orgullo por esta Ciudad es un sentimiento permanente, porque conozco la nobleza de los rosarinos, que nos unimos en cualquier causa solidaria, que participamos, que jugamos en equipo, que tenemos arraigados los valores del respeto, el trabajo y la educación como pilares fundamentales para crecer, que disfrutamos de esa pasión por la cultura y por el deporte. Es por eso que me enoja tanto la situación tan difícil que se vive hoy, y no nos permite vivir tranquilos, como nos merecemos.
Que quede claro, somos muchos más los que comulgamos con los valores de la paz, el trabajo, y el esfuerzo, el resto, es una porción mínima de oportunistas inescrupulosos a los que dejaron proliferar, pero tengo la certeza que se puede cambiar.
No voy a bajar los brazos, Rosario tiene que volver a ser noticia por nuestros grandes artistas y deportistas, por los hombres y mujeres que emprenden cada día con dedicación y sacrificio, por todos aquellos luchadores incansables que dejan huella y marcan un camino hacia el futuro que todos queremos. Retomando esos valores, vamos a lograr ser eso que siempre fuimos y nunca debimos dejar de ser: Rosario, LA CIUDAD…
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