“Recuperemos la noche rosarina y hagamos que todas y todos sean parte”

Por María Eugenia Schmuck Presidenta del Concejo Municipal de Rosario

Creo que es sumamente pertinente e impostergable dar el debate sobre la nocturnidad en Rosario. Fundamentalmente porque seguimos regulando la noche con una ordenanza que ha quedado obsoleta, es del 2001 y sólo busca diferenciar aquellos locales donde se podía bailar, de los que no.

22 años después indefectiblemente los modos, formatos y las formas de habitar la noche por parte de los rosarinos y rosarinas han cambiado mucho. Han crecido exponencialmente las fiestas electrónicas, los festivales populares, los eventos al aire libre en espacios públicos, los parques y paseos gastronómicos nocturnos, también la oferta de bares y pubs. Entonces, es necesario incorporar estos nuevos formatos y hacerlos convivir con los que ya existían, darles una norma que pueda contemplarlos y por supuesto también regularlos.

Porque la falta una normativa adecuada a los nuevos usos y costumbres lleva, como pasó en la pandemia, a la espontaneidad y en muchos casos a la clandestinidad, donde se improvisan alternativas sin reglas ni regulaciones, en lugares no habilitados, sin controles ni seguridad.

Pero por supuesto que retomar este debate que ya se ha dado en otras ocasiones pero que no ha encontrado los acuerdos necesarios, supone también contemplar otros aspectos, como el contexto económico y social en el que se encuentra nuestro país y nuestra ciudad, atravesada por la violencia y la crisis económica que estamos viviendo. Tenemos que pensar en una normativa que no rija únicamente de las puertas para adentro de los locales o espacios, sino también que dé importancia a la responsabilidad del estado como garante de la seguridad para que los rosarinos y las rosarinas puedan volver a copar la noche y podamos garantizarla segura y libre de violencias, porque eso es también una forma de ganarle la batalla a la inseguridad.


Y, otro de los aspectos a incluir, es el de la movilidad. Estamos garantizando la vuelta del transporte público a las frecuencias que teníamos previo a la pandemia. Pero tenemos que lograr también la presencia de taxis en la noche rosarina, y este punto quizá amerite abordar otra de las discusiones, que es la de las APPS de movilidad. Hay nuevas formas de nocturnidad y también hay nuevas formas de movilidad que se están dando en distintas ciudades y que se desenvuelven sobre todo en aplicaciones. Nuestros jóvenes, y la ciudadanía en general tienen que tener opciones accesibles y seguras para volver a casa luego de divertirse.


Nuestro horizonte, como todas las políticas que se han impulsado desde esta gestión municipal, debe ser que la noche rosarina se base en el respeto, la convivencia, el control, y la seguridad. Una noche donde todas y todos puedan ser parte, donde sigan creciendo cada vez más las propuestas de encuentro, porque es ahora el momento de salir y, de quebrar este ciclo violento que estamos viviendo, este círculo del mal que nos quita nuestra libertad, nuestra forma de encontrarnos con los otros.


Es nuestra oportunidad de recuperar una noche rosarina que se adapte a las nuevas formas de entretenimiento, que fomente e incentive la cultura local que es una marca de nuestra ciudad, que garantice la convivencia con los vecinos por parte de los locales nocturnos, y la seguridad de todos los rosarinos; pero es también la oportunidad de mostrar a quienes nos visitan desde otros lugares a partir del fomento de todas estas actividades, que Rosario es una ciudad de gente buena.

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