Por Dionisio Scarpin – Senador Nacional por Santa Fe
Rosario es una ciudad pujante, un ejemplo de trabajo para toda la provincia y el país. Cuna de la bandera y de grandes referentes de la música, del deporte, del humor y de la cultura. Esto es una marca indeleble en su historia.
Desde hace algunos años la ciudad atraviesa momentos difíciles. La violencia crece sin detenerse y se lleva la vida y la salud de cientos de rosarinos que quieren vivir en paz. El avance del narcotráfico ha degradado fuertemente la calidad de vida y la tranquilidad de una ciudad que quiere volver a ser lo que siempre fue.
Estoy convencido de que no se puede resolver la violencia con más violencia. Debemos tomar otro camino. Es necesario que empecemos a recuperar la educación, el respeto, la cultura del trabajo y los valores que nos permitan transformar el futuro de nuestro niños y jóvenes. Tenemos que avanzar en la creación de trabajo, en la economía del conocimiento, en la biotecnología y la agroindustria.
Para cambiar el rumbo debemos aplicar políticas públicas transformadoras que nos permitan generar desarrollo permanente que mejore la calidad de vida de los rosarinos. La equidad y la igualdad de oportunidades tienen que ser los ejes que nos permitan superarnos.
Para transformar de verdad esta realidad, es necesario que estemos convencidos y que tengamos la firme voluntad para llevar a cabo los cambios. Creo que Rosario tiene que liderar esa transformación y ser el ejemplo que la provincia y el país necesitan. Esa transformación solo puede comenzar si trabajamos juntos.
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