Por fin Newell’s volvió al triunfo tras 9 partidos y casi 700 minutos sin anotar goles. Fue 1-0 ante el equipo de Victoria.
Newell’s necesitaba ganar y lo logró, los análisis en estos casos quedan a un lado. Es que el equipo venía golpeado, con 9 partidos sin ganar, casi 700 minutos sin goles y un profundo espiral de negatividad. Con la salida de Sebastián Méndez, la comisión directiva optó por darle la chance a Ricardo Lunari. Y el cambio terminó dando algo de oxígeno.
La lepra salió obligado por la localía y la tibieza del rival, con el deber de tomar la iniciativa. Sin dejar de tener un bajo rendimiento general y de cometer los mismos errores, da la sensación de que los tres puntos se consiguieron por el escaso nivel del rival.
Algunos dirán que lo más justo era un empate, y posiblemente sea cierto, pero Newell’s anotó a los 71 por medio de Saúl Salcedo y Tigre pese al empuje, no tuvo ni las armas ni la eficacia para equiparar la historia.
El primer tiempo fue parejo y malo. El segundo no fue muy distinto, pero la moneda cayó del lado del local. El árbitro Luis Lobo Medina no cobró un claro penal para el rojinegro en el primer parcial y en el complemento hizo lo mismo con otro para Tigre, que si bien se sancionó en un primer momento, luego se dio marcha atrás con el VAR.
Los hinchas respiraron con algo de alivio por el triunfo, tan apretado como necesario, pero saben que el aprobado de Lunari es solo por el resultado. En el desarrollo se volvió a ver más de lo mismo.
Con algo más de tranquilidad, Newell’s ahora trabajará para enfrentar a Riestra el próximo viernes de visitante.
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