Desde empanadas de vigilia hasta cazuelas de mariscos, en los platos típicos abundan las recetas sin carne que mezclan tradición y sabor en todo el país.

Durante Semana Santa, muchas familias se reúnen alrededor de la mesa para compartir platos tradicionales. La cocina en esta época del año respeta antiguas costumbres religiosas y culturales.
En primer lugar, el pescado se convierte en el protagonista. La merluza aparece en milanesas, empanadas o al horno con papas y limón. Además, también es común encontrar recetas con atún, especialmente en tartas o pasteles fríos. La cazuela de mariscos ofrece una opción más elaborada, con calamares, mejillones y camarones cocidos a fuego lento con vino blanco y tomate.
Por otro lado, otro clásico de Semana Santa es la humita. Este plato a base de choclo molido y queso, envuelto en hojas de maíz, combina sabor y textura con una preparación sencilla. En las provincias del norte, la empanada de vigilia reemplaza la carne por pescado o verduras.
Asimismo, las sopas de legumbres y los guisos sin carne también ganan lugar en las cocinas. El locro de vigilia, por ejemplo, sustituye los ingredientes cárnicos por zapallo, maíz, porotos y verduras.
En cuanto a los postres, la rosca de Pascua, decorada con crema pastelera y frutas abrillantadas, se sirve en muchas mesas. Además, en algunos hogares, preparan buñuelos, arroz con leche o pan dulce casero para cerrar el almuerzo.
Finalmente, en el litoral argentino, las chipas se suman al menú, especialmente durante el desayuno o la merienda. Su sabor salado y su textura crocante las convierten en una opción irresistible.
En definitiva, la cocina de Semana Santa refleja tradiciones transmitidas de generación en generación. Cada región aporta sus variantes y cada familia guarda recetas propias que, sin duda, invitan a compartir.
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