Lo cierto es que Javier Milei no tiene hijos, si tiene en cambio una mascota “Conan”. ¿Será por el bárbaro?
Lo que si es “bárbaro” como algunos candidatos parecen haber tomado el famoso refrán “el Photoshop es el mejor amigo del político” al pie de la letra. Aparecen en los carteles publicitarios y fotografías oficiales con un aspecto que parece desafiante a las leyes de la física y el tiempo. Arrugas y manchas desaparecen como por arte de magia, y los candidatos parecen más jóvenes y esbeltos que nunca.
En una era en la que la imagen lo es todo, los políticos no escapan a la tentación de verse más jóvenes, atractivos y perfectos. Pero, ¿hasta qué punto es ético y honesto el uso exagerado de Photoshop en las imágenes políticas?
Sin embargo, esta manipulación de las imágenes puede llevar a una percepción distorsionada de los candidatos y crear una imagen falsa e irreal. Es cierto que todos queremos presentar nuestra mejor versión, pero ¿Dónde queda la honestidad y la transparencia que se espera de los políticos?
En un mundo en el que la autenticidad es cada vez más valorada, el uso exagerado de Photoshop en las imágenes políticas puede parecer algo anticuado y poco sofisticado. En lugar de crear imágenes perfectas, los políticos deberían centrarse en presentar sus ideas y propuestas de manera clara y honesta.
Incluso a la “abu Mirta” le pareció que era “el hijo”, y nunca pensó en que era el propio Milei.
En resumen, el uso exagerado de Photoshop en las imágenes políticas puede ser visto como un intento de engañar al electorado, y los políticos deberían tener cuidado con las imágenes que presentan. Al final del día, lo que importa es la calidad de sus propuestas, no la perfección de su aspecto en las fotos.
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