Se trata de las “LED masks”, un dispositivo utilizado por los dermatólogos donde cada tono de luz se aplica para cada imperfección cutánea.
La tecnología de las luces LED está poniéndose a la vanguardia en materia de tratamiento de la piel por medio de diferentes procedimientos. Uno de las más utilizados por centros de estética y especialistas en “skincare” son las llamadas “LED masks”, o máscaras de LED, en castellano.
Cada tono de luz tiene distintas propiedades que se aplican a diversas imperfecciones y ya se ha demostrado que sus resultados son beneficiosos.
Así es como las líneas delgadas por envejecimiento, el brillo general del rostro, la equiparación de colores del cutis y hasta el acné, pueden ser tratados con estas novedosas máscaras.
Cada procedimiento tiene diversos efectos y todos ellos dependen del color de la luz empleada, el cuál se relaciona con la franja de longitud de onda. Los colores de luz LED más comunes son el rojo, el azul y el verde, sin embargo, las máscaras suelen brindar muchas más opciones.
El tratamiento consiste en colocarse la máscara por alrededor de diez minutos, permitiendo que la luz ilumine toda la superficie del rostro.
La luz roja es una de las más utilizadas por su poder de penetración profundo. Tiene una relación directa en la producción de colágeno y ayuda a disimular las pequeñas arrugas o líneas de expresión.
El LED de color azul es principalmente antibacterial, por lo que se usa en casos de acné. Reduce la inflamación y acelera la regeneración de la piel. Mientras que el color verde incide en las células productoras de melanina. Ayuda a eliminar las manchas y combatir la hiperpigmentación por la edad o el efecto del sol.
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