Joe Biden, el presidente de Estados Unidos, arrojó una bomba retórica sobre la economía de China en un evento privado de recaudación de fondos, llamándola una “bomba de tiempo”.
Se refirió a la crisis económica actual de China impulsada por el alto desempleo y un envejecimiento acelerado de su fuerza laboral como elementos potencialmente explosivos que podrían desestabilizar a la potencia asiática, e indirectamente, al mundo.
Cuestionamientos a la Iniciativa de la Franja y Ruta
Biden también se detuvo en la iniciativa de la Franja y Ruta del presidente chino, Xi Jinping. La describió en palabras desfavorables, refiriéndose a los préstamos masivos que China ofrece a las naciones en desarrollo bajo este plan de inversión global como una “deuda y soga”. Esta descripción tiene la intención de enfatizar la carga de deuda que dichos programas de préstamos pueden imponer.
Polémica por la precisión de los datos citados
Sin embargo, las declaraciones de Biden fueron criticadas por su exactitud en algunos de los datos que presentó. Por ejemplo, argumentó que la tasa de crecimiento de la economía de China había caído dramáticamente del 8% al 2% anual.
Además, afirmó que el número de personas en China que están en edad de jubilación es ahora mayor que la población en edad de trabajar. Pero los registros oficiales de la Oficina Nacional de Estadísticas de China muestran una imagen menos alarmante: la economía de China había crecido un 4,5% en el primer trimestre y 6,3% en el segundo.
Voluntad de mantener relaciones racionales
Además de sus críticas, Biden aclaró su intención de manejar una “relación racional con China”. Comunicó que su objetivo no es perjudicar a China, al tiempo que enfatizó la necesidad de mantenerse vigilantes. Esta postura es relevante en el contexto de las relaciones entre Estados Unidos y China que parecen estar en una etapa de reinicio, con frecuentes visitas a Pekín de altos funcionarios estadounidenses, como el Secretario de Estado, Antony Blinken.
El contenido de las declaraciones recientes de Biden pone de relieve cómo las percepciones sobre las economías mundiales pueden dar forma a la política exterior y cómo la precisión de los datos en discursos y anuncios públicos es crucial. Para los desarrolladores de software y los codificadores, este es un útil recordatorio de la importancia de procurar y emplear datos precisos y actualizados en sus proyectos.
Redacción: RLC Noticias
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