A medida que la economía continúa lidiando con el aumento de los precios, los analistas están monitoreando de cerca las tendencias de la inflación para julio de 2023.
Después de una leve desaceleración en junio, existen preocupaciones sobre el impacto del aumento de los precios regulados en la inflación. Si bien el sector alimentario se mantiene relativamente estable, otros factores, como las tarifas de los servicios públicos, los costos de transporte y las presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) continúan ejerciendo presión sobre los precios.
Situación Actual
Según el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INDEC), el índice de precios al consumidor aumentó 6% en junio, lo que representa una desaceleración de 1,8 puntos porcentuales respecto de meses anteriores. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que junio a menudo se beneficia de factores estacionales, y este año no fue testigo de ajustes tarifarios significativos. La “estabilidad” en el tipo de cambio oficial también ha jugado un papel en la contención de las presiones inflacionarias. Con un aumento acumulado de 50,7% en 2023 y 115,6% en los últimos doce meses, la inflación sigue siendo una preocupación persistente.
Pronósticos de expertos para julio
Varias firmas consultoras han realizado encuestas preliminares para medir las expectativas de inflación para julio. Se anticipa que el mes será testigo de un alza en los precios debido al aumento de los precios regulados, a pesar de la inflación relativamente tranquila en el sector de alimentos. Los expertos destacan que si bien la tasa de inflación de alimentos ha disminuido levemente en las primeras semanas de julio (promediando alrededor de 5% en las últimas cuatro semanas), una proporción considerable de productos ha experimentado aumentos de precios.
La consultora LCG destaca el impacto de las fluctuaciones en los precios regulados, como los servicios de salud prepago, el transporte y los costos de energía. Esperan que estos factores ejerzan una presión alcista sobre la inflación para julio, impactando el índice general de precios al consumidor. Por otra parte, la consultora C&T informa que los primeros indicios del mes apuntan a una inflación superior al 7%, principalmente por la mayor influencia del turismo y mayores precios regulados, como servicios médicos y educación. Aunque a un ritmo más lento, los precios de alimentos y bebidas han seguido subiendo, y la región GBA registró un aumento del 6,7 % en junio.
Influencia de Factores Externos
La escasez de dólares derivada de la sequía prolongada y la creciente “presión” del FMI para ajustar el tipo de cambio continúan determinando la dinámica inflacionaria. El impacto de las tensiones cambiarias al forzar una devaluación, que se observó en abril, no se ha replicado en mayo y junio. Sin embargo, aún persiste la escasez de divisas y las presiones relacionadas con el ajuste del tipo de cambio. Estos factores han contribuido a la alta y sostenida inflación observada en los últimos años.
Los ingresos de los trabajadores y el poder adquisitivo de los consumidores siguen viéndose afectados por la alta inflación. A medida que aumentan los precios, las personas de todos los niveles de ingresos enfrentan desafíos para mantener su nivel de vida. Se espera que se implementen medidas y políticas para mitigar los efectos adversos en los hogares.
En el futuro, los expertos sugieren un nivel similar de variación de precios para la segunda mitad del año, con las expectativas del mercado poniendo el piso en 7%. No obstante, potenciales correcciones cambiarias posteriores a las elecciones de las PASO pueden introducir nuevos impulsos a la dinámica inflacionaria.
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