El oeste de la isla hawaiana de Maui se encuentra en estado de devastación debido a un feroz incendio forestal que ha dejado un saldo trágico.
En este momento, se han reportado 53 personas fallecidas y un gran número de desaparecidos y personas desplazadas de sus hogares.
La magnitud del desastre es comparable a los estragos que podría haber causado una bomba, según el gobernador de Hawái, Josh Green, citado por The New York Times. Las labores de rescate están en marcha para contabilizar a las víctimas, y se teme que el número de fallecidos siga en aumento.
Las evacuaciones son masivas en la zona afectada, lo que incluye a residentes y turistas, generando un impacto significativo en plena temporada turística. El pueblo de Lahaina, en la isla, ha sido prácticamente borrado del mapa como consecuencia del voraz fuego. Aunque se ha logrado controlar en un 80%, el incendio de Lahaina, el fuego en las áreas de Kihei y Upcountry aún están siendo evaluados por los bomberos. El jefe de Policía del condado de Maui, John Pelletier, lamenta el crecimiento en el número de fallecidos y advierte que la cifra final será “trágica y horrible”.
Este desastre natural es calificado por muchos como el peor en la historia de Hawái. Se estima que se necesitarán miles de millones de dólares para reconstruir la región afectada por las llamas. La sequía severa experimentada en las islas en los últimos meses y los fuertes vientos provocados por el huracán Dora han contribuido al rápido avance del incendio.
La situación en las zonas afectadas es aún más complicada debido a la falta de electricidad, internet y cobertura de radio. La restauración de estos servicios puede llevar meses.
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