Se permitirá tener un segundo trabajo de hasta cinco horas, adicional al trabajo principal de 8. Los trabajadores decretaron huelga y salieron a las calles a manifestarse en contra.
La mayoría del Parlamento griego aprobó el pasado viernes una reforma laboral que habilita a las empresas a imponer un sexto día de trabajo, en sábados o domingos, y modificar los horarios de los empleados con 24 horas de antelación para adaptarlos a las necesidades de producción. Por este sexto día los empleados recibirán un 40 % adicional sobre el salario diario.
Con un total de 158 votos sobre 300, la mayoría conservadora de la Nueva Democracia consiguió dar luz verde. Mientras tanto, los partidos de la oposición, desde la extrema derecha a la izquierda radical, votaron en contra.
Además, la reforma habilita a los rabajadores tener un segundo empleo si así lo quisieran, de un máximo de cinco horas diarias, sumado a su jornada principal de 8 horas. También establece contratos para “empleados de guardia”: aquellos que no disponen de un horario fijo sino que trabajan cuando el empleador los necesita.
Las repercusiones
El lunes se realizó una huelga de 24 horas, convocada por ADEDY, el sindicato de funcionarios, y a la que se sumaron gremios de trabajadores de varios sectores. Además, se movilizaron en las calles a modo de protesta. Denunciaron que la ley “eliminará el último resto de derechos laborales que queda en Grecia, como la jornada de cinco días y las ocho horas”.