Fuga en la Comisaría 16º: la seccional alberga a 52 detenidos en un espacio diseñado para 12

La superpoblación y la falta de infraestructura agravan la situación en la Comisaría 16° y preocupan al Gobierno. Autoridades explican el contexto y los planes a futuro.

La reciente fuga de detenidos en la Comisaría 16º de Rosario ha puesto de relieve la crítica situación que enfrenta el sistema penitenciario provincial. Esteban Santantino, secretario de Análisis Criminal, y Omar Pereyra, secretario de Seguridad, abordaron el tema en una conferencia, explicando que la infraestructura deficiente y la superpoblación son problemas crónicos que requieren atención urgente.

Según Santantino, en los próximos cuatro años se prevé la construcción de 4000 plazas en las cárceles, una cifra que iguala lo construido en los últimos 40 años. “Es una respuesta a largo plazo a una situación que se ha vuelto insostenible”, afirmó. Actualmente, la Comisaría 16º alberga a 52 detenidos en un espacio diseñado para solo 12, lo que evidencia la presión sobre el sistema. Santantino destacó que esta tensión se debe a la alta productividad policial, que ha incrementado el número de detenidos.

Pereyra complementó esta información, indicando que el sistema penitenciario enfrenta problemas no solo por la cantidad de detenidos, sino también por la presencia de detenidos federales en cárceles provinciales. La futura cárcel federal en Coronda, que se espera abrir a principios del próximo año, podría aliviar en parte esta situación. “Hemos intensificado el trabajo en la calle, lo que ha llevado a un incremento en las aprehensiones y la identificación de personas”, explicó.

Sin embargo, la fuga en la Comisaría 16º es un síntoma de problemas más profundos. Pereyra mencionó que las estructuras temporarias, diseñadas para la retención temporal de personas, se han convertido en espacios permanentes sin el mantenimiento adecuado. Esto ha resultado en condiciones de detención inadecuadas y, en consecuencia, fugas. “Las rejas se cortan con sierras y se escapan por los techos”, afirmó.

Ambos funcionarios coincidieron en que la falta de capacitación del personal policial para gestionar la detención es un factor clave. “El personal policial no está preparado para cuidar detenidos como lo haría el servicio penitenciario, lo que genera riesgos adicionales”, argumentó Pereyra.

A pesar de los desafíos, las autoridades insisten en que se seguirán implementando medidas de control y gestión en el sistema. “Es preferible gestionar los problemas del sistema en lugar de enfrentar las consecuencias en la calle”, concluyó Santantino.

La situación en la Comisaría 16º no solo refleja las fallas en la infraestructura y el manejo de la población penitenciaria, sino que también plantea un desafío mayor: garantizar la seguridad y el bienestar de la comunidad, mientras se trabaja en soluciones estructurales a largo plazo.

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