Ocurrió en la tarde de este jueves. La balacera fue a poco más de cien metros del lugar donde mataron al chico de 11 años, en una zona en la que hay numerosos móviles de Gendarmería. No hubo personas heridas.
Un atacante en moto disparó una ráfaga de balazos contra el frente de una casa de Empalme Graneros donde venden garrafas, a poco más de cien metros del lugar donde asesinaron el pasado domingo a Máximo Jerez, de 11 años, en una zona en la que por estas horas hay numerosos móviles de Gendarmería.
El ataque ocurrió en pasaje Atacalco al 6000, aproximadamente a las 17.30 de este jueves. Según indicaron testigos, un solo hombre desde una moto disparó al menos cinco balazos. Vecinos afirmaron que el atacante no pudo hacer arrancar la moto inmediatamente después de abrir fuego, y recién algunos metros más adelante puso en marcha el motor y se dio a la fuga.
“Fue un milagro. Una sola bala que toque una garrafa y hace un desastre”, contó Sandro, el dueño de casa que se dedica a vender garrafas en el barrio y que vive con su mujer y tres hijos, la más pequeña de un año y tres meses.
Sandro estimó que se trató de “una provocación, un desafío a los gendarmes. Hicieron una balacera a 150 metros de donde están todos los móviles”.
“Estaba descansando y el chico que labura con nosotros nos dijo: «Nos cagaron a tiros, casi me dan un balazo en el pecho». Se salvó de milagro”, contó, y añadió que los vecinos le dijeron que “era una sola persona en moto. Me contaron también que se le paró la moto, la llevó caminando y la pudo arrancar más adelante. No hubo una persecución”.
Contó que desde hace tiempo evalúa la posibilidad de mudarse a algún pueblo de la provincia y afirmó que este hecho precipitó la decisión. “Mi familia ahora se va y yo voy a ver si puedo arreglar todo para trabajar en otro lado. Nosotros vemos la diferencia de vivir en Rosario y en otra parte, y soy consciente de que esto no va a cambiar”, sentenció.
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