Por diferencias con el rumbo económico, Elon Musk se desvinculó del gobierno de Trump y deja su rol como asesor.
Elon Musk concluyó su etapa como asesor del gobierno de Donald Trump, luego de diferencias con algunas decisiones presidenciales. Aunque agradeció públicamente la oportunidad, señaló su desacuerdo con el rumbo económico que tomó la gestión. En su cuenta de X, destacó su trabajo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) y afirmó que su misión continuará más allá de su salida.
Durante una entrevista con CBS News, el empresario expresó su frustración por un nuevo proyecto de ley que incrementa el gasto público. Consideró que la medida, impulsada por Trump, contradecía los esfuerzos del equipo del DOGE para reducir el déficit. La propuesta, calificada por algunos medios como un “megaproyecto”, ya obtuvo la aprobación de la Cámara de Representantes y espera tratamiento en el Senado.
Aunque Trump había anticipado la partida de Musk semanas atrás, su salida generó impacto. En abril, el mandatario había elogiado al empresario pero reconoció que no podría permanecer por tiempo indefinido debido a sus múltiples responsabilidades empresariales. En esa ocasión, mencionó que su colaboración terminaría en cuestión de meses, algo que finalmente ocurrió ocho semanas después.
A pesar de su alejamiento del entorno presidencial, Musk sostuvo que la filosofía del DOGE seguirá influyendo en el aparato estatal. Según explicó, ese enfoque de eficiencia debe consolidarse como un principio estructural en la administración pública. También reiteró su compromiso con el control del gasto y la mejora de los procesos gubernamentales.
La salida de Musk marca un punto de inflexión simbólico en el vínculo entre ambos líderes. Su respaldo inicial había sumado valor político al equipo de Trump, aunque las diferencias en materia económica terminaron por imponer distancia. El empresario cerró así un capítulo dentro del gobierno federal, aunque sin romper lazos definitivamente.
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