El Senado rechazó los pliegos de Milei para la Corte Suprema y dejó en duda el futuro de García-Mansilla, quien ya juró como juez del tribunal.

El Senado rechazó los pliegos de Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla, los candidatos propuestos por el presidente Javier Milei para integrar la Corte Suprema. La votación, que se llevó a cabo tras más de seis horas de debate, reflejó una fuerte oposición en la Cámara alta. Lijo recibió 43 votos en contra, 27 a favor y una abstención, mientras que García-Mansilla obtuvo 51 votos negativos y 20 positivos.
Ambos necesitaban el respaldo de dos tercios del recinto, pero una alianza entre el peronismo, el PRO y parte de la UCR bloqueó sus designaciones. El radical Pablo Blanco fue clave al dar quórum y manifestar su rechazo junto a Martín Lousteau. En el PRO, figuras como Alfredo De Angeli y Guadalupe Tagliaferri también se sumaron a la negativa. Sin embargo, el mayor peso lo aportó Unión por la Patria, con 33 de sus 34 senadores en contra.
El caso de García-Mansilla generó mayor incertidumbre, ya que, a pesar del rechazo del Senado, los demás jueces de la Corte ya le tomaron juramento. Dos posturas constitucionalistas se enfrentan: una sostiene que solo un juicio político podría removerlo, mientras que la otra defiende que el voto negativo lo inhabilita automáticamente.
Desde el oficialismo intentaron hasta último momento revertir la situación. Santiago Caputo buscó ganar tiempo con la UCR, mientras que Ezequiel Atauche intentó frenar la sesión a través del presidente provisional del Senado. Tras la votación, la Casa Rosada calificó la decisión como un acto político y acusó al Senado de defender intereses propios. No obstante, el gobierno insiste en que García-Mansilla continuará en funciones hasta noviembre, garantizando un equilibrio en la Corte Suprema.
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